Martin Gräßlin, uno de los responsables del proyecto KDE, deja Ubuntu

Martin Gräßlin, uno de los responsables del proyecto KDE, deja Ubuntu
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Uno de los principales responsables del proyecto KDE, Martin Gräßlin, abandona la comunidad Ubuntu. Así lo ha comunicado esta mañana en un largo comentario publicado en Google+. La razón que hay detrás de tan significativa baja, ha sido la crítica publicada por Mark Shuttleworth contra los detractores de Mir, el servidor gráfico de Canonical que iba a debutar con en Ubuntu 13.10, aunque a última hora se dejó para otra ocasión.

El tema tiene miga y viene de tiempo atrás. El problema comenzó cuando Canonical decidió promover su propio servidor gráfico, abandonando Wayland, un protocolo de servidor gráfico que inicialmente apoyó. La decisión tuvo sus repercusiones dentro de la comunidad de código abierto.

Una de las mas "sonadas" fue la decisión de Kubuntu de no unirse al carro de Mir. Algunas voces relevantes como la de Matthew Garrett (Kernel), Aaron Seigo (KDE), y el propio Gräßlin, esgrimieron sus argumentos, fundamentalmente técnicos, en contra de la adopción de MIr.

El mismo día que Mark Shuttleworth anunciaba el nombre en clave, trusty tahr, para Ubuntu 14.04, se despachó a gusto contra los detractores de Mir, acusándoles de formar parte del Tea Party del mundo open source. Crítica dura que despertó una gran polvareda. Incluso Seigo retó a Shuttleworth a un debate público sobre Mir.

Gräßlin esperaba una disculpa por parte de Shuttleworth a tenor de sus declaraciones. Al día siguiente del duro artículo del líder de Canonical, Gräßlin escribía en su blog:

El desacuerdo no es excusa para los malos modales. Trabajamos juntos para resolver conflictos, asumir las buenas intenciones y hacer todo lo posible para actuar de una manera empática. No permitimos que la frustración se convierta en un ataque personal. Una comunidad donde la gente se siente incómoda o amenazada no es una productiva.

La disculpa que esperaba Gräßlin no ha llegado y ha decidido decir adiós, no sin cierta amargura, a la comunidad Ubuntu.

No voy a entrar en quién tiene razón en esta pelea, tanto si es por razones políticas (argumento de Shuttleworth) como por razones técnicas (el resto de los mencionados), pero sí me parece relevante decir que no beneficia a nadie. A Canonical porque cada vez se está quedando más aislado en su empeño de llevar Mir adelante, hasta Intel ha decidido darle la espalda.

Al mundo del software libre y a la comunidad Linux en general, porque con los "enemigos" que tiene delante, lo último que necesita son peleas internas. Para el usuario, que asiste impasible a la contienda, los esfuerzos dispersos no suelen redundar en mejores productos.

Imagen | Kubuntu Art

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