El pasado mes de diciembre el equipo de elementary OS anunció el lanzamiento de elementary OS 5.1 Hera. No se trataba de una nueva versión de la distro, sino más bien de una importante actualización que buscaba refinar la experiencia de usuario, incluir un nuevo kernel de Linux para ofrecer soporte al hardware más nuevo, mejorar todas sus apps y algo bastante importante: dar soporte a Flatpak.
Personalmente, no probaba elementary desde hace más de un año cuando lanzaron Juno, y poca diferencia había con Loki, la versión anterior. Sin embargo, siendo una de las distros que mejores experiencias me ha ofrecido a lo largo de los años, cuando decidí en diciembre que intentaría usar Linux nuevamente como mi sistema principal, opté por ella, y aunque no tuve éxito del todo, quizás otros sí.
Ni Ubuntu, ni Linux Mint, ni KDE Neon o Manjaro
Muchas distros he probado en la vida, y aunque con pocas tuve contacto en 2019, lo más entusiasmada que me sentí con una en varios años, fue quizás hace unos meses cuando Ubuntu 19.10 me ofreció la experiencia de gaming en Linux más simple y completa que he tenido hasta ahora.
Pero eso fue solo un experimento, un ambiente de pruebas para ver qué tanto ha mejorado la experiencia de jugar usando una distro, una que ha hecho un esfuerzo por hacer el proceso lo más fácil posible gracias a su instalaciónde drivers propietarios a prueba de novatos y que ya están incluídos en la imagen de disco.
Tras esa experiencia no volví a Ubuntu, que a pesar de funcionar muy bien y ofrecer amplio soporte para un montón de cosas como nunca antes y disfrutar de un buen ecosistema de apps extendido por los paquetes Snap, Gnome Shell nunca me ha terminado de convencer y no me encuentro cómoda del todo con él.
Brevemente probé KDE Neon y Manjaro, pero así como con Gnome, con KDE Plasma no me siento cómoda tampoco, y acostumbrarme a otro tipo de gestión de paquetes a veces es demasiado molesto. Fue Linux Mint la distro que más usé durante todo el año, pero no en mi ordenador principal de trabajo, sino en un pequeño Intel NUC muy modesto que he estado usando conectado a la TV como centro multimedia.
Cuando tienes un procesador muy modesto y RAM limitada, Windows 10 no es una opción, este pequeño ordenador se arrastra y tan solo al arrancar, Windows ya está usando casi el 100% del CPU. Abrir algo como Chrome es una agonía, y cuando estás acostumbrado a un sistema super responsivo en tu equipo de diario, es muy difícil lidiar con algo tan lento. Son situaciones que suelen empujarnos a Linux donde sobran opciones para probar.
Con Ubuntu también le fue mal, así que decidí intentar con un entorno ligero como Xfce y darle una oportunidad a otra distro con buena reputación: Linux Mint. Todo mejoró bastante, el sistema era más responsivo, y aunque usar Chromium seguía siendo una experiencia que deja bastante que desear, si me limitaba a solo usar Kodi para todo, sobrevivía más que bien.
elementary OS Hera para todo
Xfce es un entorno bastante anticuado, algo había que sacrificar para ser tan ligero y es en modernidad ¿no? Si eres un usuario de macOS o de Windows 10, que las posibilidades estadísticas indican que es más probable que vengas de estos que de otra distro Linux, lo encuentras algo cutre.
Resulta que Pantheon, el entorno de elementary OS, no solo es mil veces más moderno, sino que también funciona mejor y se siente más fluido y ligero que el viejo Xfce. El mismo día de diciembre en el que instalé elementary OS Hera en una partición de mi PC de trabajo, dedicí mandar a volar Linux Mint en la pequeña NUC y probar suerte.
Para mi grata sorpresa, resultó que elementary funciona muchísimo mejor que Mint en ese trasto de menos de 200 euros en el que hasta ahora no había podido usar un navegador sin tener que esperar medio minuto tras cada click. Y por supuesto, la experiencia en mi ordenador más potente, no me decepcionó.
La tienda de apps más interesante para una distro
Quien haya seguido la vida de elementary OS hasta ahora, sabe que son una distro muy enfocada en diseño que lleva años intentando promover unas líneas estéticas bastante específicas y con algo de sabor a macOS. Quien ha seguido o usado la distro también sabe que han intentando promover ese diseño en apps nativas que se integren lo mejor posible al entorno.
Han tenido un éxito bastante modesto, pero en el mundo de las distros Linux en el que encuentras lo mismo en todos lados y rara vez sabes cómo se va a ver de bien, es una rareza que elementary OS cuente con una interesante batería de apps de terceros creadas especialmente para esta distribución.
Y lo más raro e interesante de todo, es que muchas de esas apps son buenas. Este artículo lo estoy escribiendo en una de esas. Su nombre de Quilter, un editor de texto minimalista con soporte para MarkDown, modo concentración, y una muy bonita interfaz de usuario.
Pero mi app favorita de todas las que me encontré exclusivamente en la tienda de apps de elementary OS, es una llamada Eddy. Hasta los días de Juno, instalar paquetes DEB en elementary era un fastidio, tenías que hacerlo usando la terminal, pero con Eddy solo tienes que usar la app y en un par de clicks todo está listo.
Es algo extremadamente simple, pero es extremadamente útil, y la app está bien destacada entre las herramientas populares de la tienda, y además luce bien estéticamente.
Probé otras apps como Resizer para cambiar el tamaño de una imagen fácilmente sin tener que acudir a un editor más complejo, o Screen Recorder para grabar la pantalla, o incluso algo tan simple como Ideogram para insertar emojis de forma simple, una heerramienta creada por uno de los co-fundadores de elementary, Cassidy James, que debería simplemente formar parte del sistema en mi opinión.
La cuestión es que elementary tiene un ecosistema de apps bastante único en el mundo de las distros Linux que le da un toque extra especial. Si a todo eso le sumamos sus propias apps integradas, que han mejorado un mundo con los años, tenemos un sistema operativo bastante sólido, que es rápido, ligero, responsivo, bien diseñado, y que cumple un montón de necesidades básicas muy bien.
Gratamente sorprendida estuve también con la gestión de audio, mientras en Linux Mint nunca pude hacer funcionar el audio a través del HDMI de mi TV, en elementary OS aparecían perfectamente todas mis salidas y entradas de audio desde la configuración de sonido. Aplausos para los ajustes de Bluetooth que incluso me mandan notificaciones cuando mi mouse se empieza a quedar sin batería de forma más precisa que el mismo Windows 10.
Genial pero no lo suficiente
elementary OS Hera es una distro muy buena, y aunque distros buenas no faltan, esta para mi tiene algo especial en ella. Como usuaria intensa de Windows 10 y de macOS, es quizás el sistema con el que más a gusto me siento y que menos me saca de mi flujo normal al cambiar de entorno, y esto puede ser algo que sepan apreciar otros usuarios que busquen un cambio pero no tan drástico.
Sin embargo, a elementary OS o a cualquier otra distro Linux lo que les vence no es ellas mismas, sino los ecosistemas cerrados de otros servicios que simplemente no están interesados en dar soporte y de los que muchos no podemos prescindir. Por más bonita que pueda ser la experiencia de gaming actual, el rendimiento sigue siendo mejor en Windows 10, el soporte más amplio, y el proceso más sencillo.
En Linux no puedo aprovechar los juegos del Xbox Game Pass, en Linux no puedo instalar en paz Photoshop y Lightroom, y para alguien que paga por Adobe CC es una tragedia. Así que por más que quiera complicarme la vida queriendo usar elementary OS en mi PC para trabajar a diario, y aunque bien puedo, perdería otras cosas en el camino, y por ello se queda de aventuras secundarias en una pequeña partición.
Ahora, en mi mini PC de pocos recursos ha encontrado un hogar permanente, y por estas cosas es que agradezco que exista una selección de distros tan variadas que pueden darle o devolverle vida a casi cualquier ordenador ahí fuera por más modesto o viejo que sea, y eso con Windows o macOS difícilmente lo vas a lograr, sistemas que han puesto de moda romper más cosas de las que mejoran con cada actualización.
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