La mayoría de nosotros hemos desembarcado en el mundo de la informática a lomos de un sistema Windows, y luego hemos tenido que aprender a expandir nuestros horizontes empujados por la curiosidad. Y hemos conseguido dar el siguiente paso (Linux, por supuesto), tropezando un par de veces y desesperándonos un poco en el proceso.
Así que, si te estás planteando dar ese paso, la pregunta que tienes que hacerte ahora es… ¿hay una única versión de Linux más recomendable que el resto a la hora de aprender a desenvolverte con este sistema operativo? ¿O depende de tu estilo de aprendizaje?
Tras darle muchas vueltas, creo —desde mi humilde punto de vista— que hay dos formas de ponerte en serio a aprender Linux, y que se parecen un poco a aprender a nadar: empezar chapoteando por donde cubre o lanzarte directamente a donde no lo hace, aunque sea con manguitos.
La primera opción es Ubuntu Linux, y la segunda Arch Linux.
Ubuntu Linux
Ubuntu es, actualmente, la distribución más popular de Linux. Durante mucho tiempo ha sido una especie de 'Linux por defecto', el recomendado para instalarte cuando no tenías razones específicas para optar por otra distribución. Yo mismo fui fan de Ubuntu… aunque ya no lo soy: a estas alturas, se me ocurren mejores opciones, tanto si buscas una estación de trabajo (Fedora), como un SO para jugar (Garuda KDE Dragonized), como un servidor web (Rocky Linux).
Y, sin embargo, tengo que reconocer que posiblemente sí sea una de las dos mejores opciones para aprender Linux. Los motivos son muy sencillos:
Ofrece una instalación muy sencilla, tras la cual tendremos entre manos un catálogo variado y funcional de software, un terreno seguro sobre el que empezar a explorar y 'trastear' sin que eso suponga una interrupción de nuestro trabajo diario.
Al ser considerado el 'Linux por defecto', es fácil que a la hora de aplicar instrucciones que encontremos en tutoriales de Internet (para instalar software, retocar configuraciones, etc.), los pasos a seguir que recojan estén pensados, precisamente, para Ubuntu.
Una vez que hayas cogido confianza y empieces a desenvolverte en Linux, Ubuntu es lo bastante versátil como para que lo adaptemos para ejercer cualquier de las funciones que mencioné antes (workstation, gaming, server), por lo que no te verás forzado a cambiar de distribución para seguir profundizando.
Arch Linux
Recientemente, Arch (y sus derivados) se encuentran en pleno auge de su popularidad (en detrimento de Ubuntu, además). Se diferencia de Ubuntu por seguir a rajatabla el principio KISS ('Keep It Simple, Stupid!' o «¡Mantenlo sencillo, estúpido!») y este 'mandamiento' del segundo líder del proyecto:
"Confiar en herramientas complejas para construir y configurar el sistema operativo termina perjudicando a los usuarios finales. Si intentas ocultar la complejidad del sistema, terminas con un sistema más complejo".
En resumidas cuentas, Arch promete ofrece minimalismo y demanda del usuario compromiso para molestarse en comprender desde el principio cómo funciona el sistema.
Recomiendo Arch como alternativa para introducirse en Linux porque, en muchos casos, la mejor forma de aprender a instalar algo es instalándolo; y una vez que lo has instalado y configurado, ya sabes de qué piezas se compone tu sistema operativo (mejor aún: puedes escoger tú mismo las piezas con que lo montas).
Sé lo que estás pensando: "Pero, si esto va dirigido a principiantes… ¿cómo pretendes ponerlo a montar ladrillo a ladrillo su propio Linux?". Es una pregunta legítima, pero recuerda lo que dije más arriba: Arch es lanzarse a nadar donde cubre… con manguitos.
Y esos manguitos reciben el nombre de 'Arch Wiki', una enorme biblioteca en formato Wikipedia que recoge instrucciones para instalar y configurar prácticamente cada componente de tu sistema Linux. Demonios, si es útil incluso si no usas Arch. Así que, con esa web y unas cuántas búsquedas en YouTube, puedes tener todo lo necesario para aprender desde cero.
Imagen | Basada en original de demorado
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