Michael Smith, un (hasta hace unos días) desconocido productor musical de 52 años, residente en Cornelius (Carolina del Norte), ha sido arrestado y acusado de fraude masivo.
Hasta hace unos pocos años, contaba con un catálogo musical modesto en calidad y cantidad... pero, desde entonces, ha logrado amasar una impresionante fortuna con sus producciones (10 millones de dólares en royalties, concretamente).
Semejante historia 'de éxito' llamó la atención de las autoridades: según el FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Smith diseñó un esquema sofisticado basado en la generación de cientos de miles de canciones y en la manipulación de los sistemas de streaming (Spotify, Amazon Music y Apple Music). Todo mediante el uso de la IA.
¿Cómo lo hizo?
Smith creó un ejército de canciones mediante inteligencia artificial, junto con un complejo entramado de cuentas falsas en múltiples plataformas de streaming. Estas cuentas, automatizadas y disimuladas mediante el uso de servicios VPN, reprodujeron las canciones de manera continua, generando aproximadamente 661.000 transmisiones diarias...
...con lo que se garantizó un pequeño pero jugoso pellizco de los fondos que las plataformas reservan para los artistas que generan contenido original.
Para evadir los sistemas antifraude de las plataformas, Smith colaboró con el CEO de una empresa de IA dedicada a la música, así como con un promotor musical: juntos crearon un volumen gigantesco de contenido generado por IA, logrando así sortear los algoritmos que podrían haber detectado que las mismas canciones estaban siendo reproducidas una y otra vez.
La acusación federal detalla que el plan comenzó en 2017, cuando Smith empezó a experimentar con la reproducción automática de las pocas canciones que poseía.
Sin embargo, cuando las plataformas empezaron a detectar posibles fraudes, Smith varió su 'modus operandi': a partir de 2018, se dedicó a generar cantidades masivas de canciones a través de IA, aumentando drásticamente el número de transmisiones sin levantar sospechas.
¿Y ahora?
El fiscal estadounidense Damian Williams ha declarado que este fraude representaba un "ataque directo contra la creatividad genuina", y señala que el caso de Smith es un ejemplo más de cómo la inteligencia artificial puede ser utilizada para estafar a escala masiva. Las grandes discográficas ya han expresado su preocupación porque esta clase de fraudes pueda generalizarse.
Y, mientras tanto, nuestro protagonista ahora se enfrenta cargos de fraude electrónico, conspiración para cometer fraude y lavado de dinero, con una posible sentencia de hasta 60 años de prisión.
Imagen | Peter Fischer from Pixabay
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