La aventura, que prometía ser un éxito impulsado por IA, terminó siendo un recordatorio de los riesgos de confiar ciegamente en la tecnología emergente
En marzo de 2023, Jackson Greathouse Fall, un entusiasta de las criptomonedas y antiguo diseñador de marcas, se embarcó en un experimento que capturó en ese momento la atención de los medios: armado tan solo con una inversión inicial de 100 dólares y el apoyo de ChatGPT, Fall intentó crear desde cero un negocio de éxito que le permitiera un retorno de miles de dólares.
La premisa era sencilla: Fall actuaría como 'enlace humano' entre la IA y el mundo real, ejecutando todas las instrucciones que ChatGPT le proporcionara para maximizar los beneficios del modesto capital inicial.
Sin embargo, la atención de los medios hacia este y otros casos similares duró poco, y si bien hoy en día el nombre del impulsor del experimento genera numerosos resultados en Google, resulta más complicado descubrir si efectivamente la IA lo aupó o no hasta la misma entrada del club de los millonarios.
En este caso, como habrás sospechado ya, la misma ausencia de noticias es una noticia en sí misma.
La gran idea: Green Gadget Guru
El experimento, bautizado como 'HustleGPT', comenzó con gran entusiasmo: la propuesta inicial de ChatGPT fue la creación de "Green Gadget Guru", un sitio web dedicado a la venta de gadgets ecológicos, que ayudaría a los usuarios a vivir de manera más sostenible.
El plan de negocio delineado por el chatbot incluía la compra de un dominio web y un plan de alojamiento, la creación de contenido optimizado para SEO y la utilización de marketing en redes sociales para atraer tráfico al sitio. Además, ChatGPT sugirió la creación de un sitio web de afiliados, donde se ganarían comisiones por las ventas generadas a través de enlaces promocionales.
Fall siguió las instrucciones del chatbot al pie de la letra: adquirió el dominio GreenGadgetGuru.com, diseñó un logotipo utilizando DALL-E 2 (otra herramienta de inteligencia artificial, también propiedad de OpenAI, como ChatGPT), y publicó el primer artículo del sitio, titulado "Diez gadgets ecológicos para la cocina". Además, destinó 40 dólares de su presupuesto a publicidad en Facebook e Instagram para promover el sitio.
Los primeros (y últimos) resultados
En las primeras semanas, el proyecto generó un gran revuelo en medios y redes sociales. Fall anunció que había recaudado más de 1.300 dólares... en inversiones de personas interesadas en el experimento (que no como resultado directo de las ganancias proporcionadas por su plan de negocio), y llegó a afirmar que el negocio tenía un valor estimado de 25.000 dólares.
Sin embargo, estos números nunca fueron verificados y levantaron sospechas desde el principio. El sitio web, que debería haber contenido productos ecológicos listos para la venta, estaba plagado de errores: las categorías de productos estaban vacías o mostraban una simple camiseta verde sin logotipo, y los artículos del blog eran solo texto de relleno (el famoso "Lorem ipsum").
A pesar de estas deficiencias evidentes, Fall continuó promocionando su experimento en redes sociales, insinuando que el proyecto estaba en camino de ser un éxito. Pero a medida que pasaban las semanas, las actualizaciones se volvieron menos frecuentes y menos convincentes.
Pero lo cierto es que la promesa de avances futuros nunca se materializó, y para mayo de 2023 (sólo dos meses después de que todo empezara), Fall dejó de publicar sobre el tema. El sitio web de Green Gadget Guru cayó en el olvido, y hoy en día no muestra más que un error 403 a quienes intentan acceder a él.
¿Qué salió mal?
El fracaso de HustleGPT puede atribuirse a varios factores. En primer lugar, aunque la IA tiene un gran potencial para automatizar tareas y optimizar procesos, aún está lejos de ser una herramienta capaz de dirigir un negocio por sí sola (y mucho menos en ausencia de supervisión humana).
Al fin y al cabo, los LLM (modelos de lenguaje, como GPT4) son poco más que un complejo sistema de texto predictivo, pero carecen de un 'modelo del mundo'; por el contrario, se nutren de las miles de páginas web preexistentes que ya ofrecen un amplio catálogo de consejos facilones para 'alcanzar el éxito'.
Por desgracia para nuestro protagonista, su proyecto se vio impulsado por la fiebre del oro en torno a la inteligencia artificial, un fenómeno que ha llevado a muchos a sobrestimar sus capacidades actuales. La viralidad del experimento atrajo inversiones y atención, pero los resultados reales dejaron claro que el 'hype' había sido exagerado.
Vía | Futurism
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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