China apuesta por los superordenadores para sortear las sanciones de EE.UU. respecto a las GPU y seguir en la carrera por la IA

Hay una razón por la que China ha dejado de participar en el 'TOP 500' global de superordenadores

En medio de las crecientes tensiones geopolíticas, China se encuentra ahora mismo en una encrucijada crucial a la hora de enfocar su estrategia de desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial.

Ante las severas restricciones impuestas por Estados Unidos, que incluyen la prohibición de exportación de chips avanzados (principalmente GPUs) y otras tecnologías críticas, el gigante asiático ha comenzado a redirigir sus esfuerzos hacia el aprovechamiento de su infraestructura de supercomputación, desarrollada durante las últimas dos décadas.

La IA y el papel de las GPUs

Las unidades de procesamiento gráfico (GPUs) se han convertido en los últimos años en la base física de todos los avances en IA generativa, especialmente en lo relativo a los grandes modelos de lenguaje (LLM), pues esta clase de chips son cruciales para entrenar estos modelos, ya que se requieren entre 10.000 y 100.000 de estas unidades para gestionar las inmensas cantidades de datos y complejidades computacionales involucradas.

De modo que la actual limitación de acceso a GPUs de última generación (como las fabricadas por Nvidia) a causa de las sanciones comerciales, ha obligado a China a buscar soluciones innovadoras para mantener su competitividad en el desarrollo de LLMs. Zhang Yunquan, investigador del Instituto de Tecnología de la Computación de la Academia China de Ciencias, ha señalado que los superordenadores podrían ser la clave para superar estas limitaciones.

En un reciente seminario sobre desarrollo de capacidad computacional en China, Zhang destacó que, aunque las GPUs han sido el estándar para la IA, el país tiene la oportunidad de liderar una nueva era en la computación recurriendo a la supercomputación en detrimento del tradicional uso de GPUs.

La respuesta china

China ha invertido grandes sumas en supercomputación, un área en la que lleva acumulando experiencia durante más de dos décadas. Estas máquinas, que anteriormente se utilizaban principalmente para simulaciones científicas y cálculos complejos, ahora están siendo redirigidas para el entrenamiento de los grandes modelos de lenguaje.

Esta estrategia no sólo responde a la necesidad inmediata de superar las sanciones estadounidenses, sino que también subraya un esfuerzo más a largo plazo para lograr la autosuficiencia tecnológica.

El TOP500 es una lista semestral que clasifica a los superordenadores más potentes del mundo en función de su rendimiento en operaciones matemáticas. Durante años, figurar en este ranking ha sido un motivo de prestigio para las naciones y las instituciones que desarrollan estos equipos...

...pero en el contexto actual, China percibe que su participación en el TOP500 podría estar generando más problemas que ventajas, pues la información detallada que proporciona al TOP500 sobre sus superordenadores podría ser utilizada por Estados Unidos para identificar y sancionar a las instituciones chinas responsables de su desarrollo.

Por ello, este país ha optado por dejar de reportar algunos detalles técnicos sobre sus equipos más avanzados.

Fuerza bruta es fuerza bruta

La última versión de la lista TOP 500 se publicó hace sólo un mes, y mostraba que los tres superordenadores más rápidos se encuentran en Estados Unidos... pero, pese a eso, algunos expertos están convencidos de que China posee máquinas más potentes y que sencillamente no ha compartido sus resultados.

Así, por ejemplo, creen que la máquina china Sunway tiene 39 millones de núcleos, el cuádruple que la estadounidense Frontier (que encabeza el TOP); posiblemente, los procesadores de la primera estén basados en una tecnología de proceso obsoleta y sean (energéticamente hablando) menos eficientes que las CPU estadounidenses modernas...

...pero, en computación, la fuerza bruta es fuerza bruta, y la eficiencia pasa a un segundo plano ante un problema que los chinos adscriben al ámbito de la seguridad nacional.

Desafíos técnicos a futuro

Pero a medio y largo plazo, la integración efectiva de la supercomputación con la inteligencia artificial requiere más que simplemente aumentar la cantidad de chips; implica innovaciones en eficiencia energética y optimización de algoritmos.

  • China, que genera casi dos tercios de su electricidad a partir del carbón, se enfrenta a un gran reto si desea equilibrar la demanda de potencia computacional con la sostenibilidad ambiental.
  • Además, Chen Runsheng (de la Academia China de Ciencias) subraya la necesidad de avanzar en la investigación básica: la mayoría de los modelos de IA desarrollados en China se basan en algoritmos estadounidenses, lo que limita su potencial para innovar y romper con la dependencia de modelos y tecnologías extranjeras.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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