Que el objetivo de todo fotógrafo es lograr la imagen perfecta, aquella cuya belleza perdure durante años en la retina de quienes la vean es una realidad innegable y una pretensión un tanto ingenua. De hecho, aquellos factores que influyen en nuestra memoria no siempre coinciden con los criterios de composición de este arte, un inconveniente que científicos del MIT acaban de resolver.
Lo han logrado gracias a la creación de un nuevo algoritmo basado en el aprendizaje profundo capaz de evaluar la facilidad con la que se recordará una imagen. Un software al que han llamado MemNet y que ya puedes probar en su página web. Pero, ¿en qué consiste exactamente?
Así es MemNet
De esta manera, su sistema utiliza este campo de la inteligencia artificial -que, por cierto, usa redes neuronales para enseñar a los ordenadores a filtrar grandes cantidades de información de manera independiente. para confeccionar una suerte de mapa de calor de las distintas zonas de la fotografía. Un modo que determina cuáles serán las más atractivas para el ojo humano.
"Si bien el deep-learning ha impulsado grandes avances en el reconocimiento de objetos y la escena de la comprensión, la predicción de la memoria humana a menudo ha sido vista como un proceso cognitivo de alto nivel al que los científicos nunca iban a ser capaces de hacer frente", ha comentado Aude Oliva, director de la investigación. "Bueno, pues nosotros vimos que podíamos, y lo hemos hecho!"
Evidentemente, el software no actúa de manera aleatoria, sino que se sirve de miles de imágenes (60 mil) y metadatos, algunas de ellas presentes en bases propias como Dom y Places. Cada una de ellas había sido sometida previamente a un experimento online que determinó la capacidad que la muestra (los sujetos implicados) tenían para recordarlas. A partir de entonces es cuando se crea el citado croquis, que marca en distintos colores, la importancia por regiones.
Según las pruebas iniciales, el algoritmo, por ejemplo, indica que los paisajes son más sencillos de olvidar, mientras que las partes expuestas del cuerpo y las caras permanecen durante más tiempo en nuestros recuerdos. En el caso de los dibujos, ahora bien, el programa se queda corto.
Unas posibilidades que, en definitiva, convierten a MemNet en el candidato ideal para confeccionar un editor fotográfico sin parangón, o bien añadir nuevas funciones a los actuales. Asimismo, las características que lo hacen tan especial podrían ser utilizadas por el marketing, con el objetivo de que los potenciales clientes asociasen determinadas imágenes con mayor facilidad; algo que, sin duda, convendría regular.
El campo de la medicina también saldrá beneficiado pues, probablemente, la incorporación de este sistema permitirá estimular determinadas áreas de la memoria y prevenir ciertas enfermedades relacionadas e incluso ralentizar la evolución de otras tan graves como el Alzheimer.
Vía | MIT News