Dicen que todos los años hay un regalo estrella para Navidad, el de este año no sabría decir por ahora cual va a ser, pero parece que en Estados Unidos el libro electrónico ha pegado fuerte. Ya sea en cualquiera de sus variedades y sus fabricantes está claro que el mercado de Estados Unidos ya ha dado un paso más en el avance de las tecnologías por encima de lo tradicional.
Es por ello que Amazon ha vendido estas navidades más libros electrónicos que tradicionales. Los motivos parecen ser más que claros, aunque la inversión inicial a la hora de obtener un libro electrónico es mayor (de doscientos euros para arriba) a la larga y si somos grandes lectores nos puede salir muy rentable.
Si al precio a la larga le sumamos la comodidad de no tener que almacenar cientos de libros en nuestras, cada vez más, diminutas casas y poder llevar en un aparato del tamaño de un folleto de una juguetería una buena cantidad de libros no parece nada extraño que Amazon se haya puesto las botas este año.
Las cosas están cambiando y esta es una prueba más. En España la cosa aún no arranca de una forma tan fácil, quizás porque seamos una cultura muy arraigada a lo tradicional y a la que le cuestan los grandes cambios o quizás porque simplemente a día de hoy encontrar libros electrónicos en castellano es una tarea complicada. O sino porque el precio de estas cosas en España no es demasiado jugoso, pero démosle tiempo al tiempo.
En España aún la tecnología no está demasiada arraigada a la cultura popular. Está claro que en los jóvenes no es extraño verles usar aparatos nuevos, tecnología nueva, pero la gente mayor, que al fin y al cabo es la que normalmente tiene más dinero que gastar en estas cosas (ebooks, cuentas de Spotify y demás) prefiere lo tradicional.
Quizás todo esto se cargue el romanticismo. Y es que no me vais a negar que no tiene nada que ver oler las hojas de un libro regalado con su correspondiente dedicatoria en la primera hoja que descargarnos un ebook en cuestión de segundos o sacar un vinilo de su funda, ponerlo en el tocadiscos y sentir como se va deslizando la aguja comparado con descargarnos una serie de MP3 sin alma alguna.
Lo que es innegable es que las cosas están cambiando, el mercado cambia y es la industria la que debe adaptarse a la gente en la medida de lo posible y no a la inversa. Habrá que ver como se desarrolla todo esto.
¿Qué opináis de esto? ¿Tenéis ya vosotros algún lector de libros electrónicos? ¿Creéis que la tecnología acabará por cargarse lo clásico y tradicional?
Vía | Xataka > The Business Insider