Observa sudoroso la pila de documentos pendientes que se almacena sobre su escritorio, abre el correo y se pregunta angustiado cuándo cesarán los pedidos; ¿en qué momento se le fue de las manos?. Respira hondo y mordisquea su ya roído bolígrafo en busca de la inspiración divina. “La próxima vez me organizaré mejor”, se promete.
Si habitualmente te ves inmerso en esta clase de situaciones y a punto de naufragar en el fangoso caos, resulta evidente que necesitas un sistema de productividad eficaz que te permita estructurar tus tareas y salir impecable del lodo que ahora te cubre. Así, y aunque anteriormente ya te hemos hablado de las virtudes de las llamadas herramientas de gestión de tiempo, hoy nos centramos en algo muy distinto: Strikethru; un nuevo método que combina GTD y Pushbullet.
En qué consiste
De esta manera y de la mano de Chris Kyle (el responsable de The Habit Journal), Strikethru fue alumbrado hace tan solo cuatro meses; una puesta en marcha que se dio a conocer a través de Reddit y que nació fruto de la necesidad de su creador, que hasta entonces se describía a sí mismo con esta pregunta: “¿qué tiene cuatro brazos, promete mucho y está cubierto de vómito? “
Un punto de partida nada halagüeño pero que le llevó a indagar en la red en busca de un sistema de productividad que le resultase útil. Inicialmente se decantó por GTD (Getting Things Done), pero el método ideado por David Allen – centrado en la elaboración de listas de tareas específicas para cada contexto- parecía no estar hecho para él. También probó con Bullet Journal –analógico y basado en símbolos que identifican el tipo de información y ayudan a discernir lo más importante-; y únicamente le causó pereza. ¿Qué podía hacer?
Fue entonces cuando ideó su propia técnica, pensada para acabar con los inconvenientes de las dos anteriores pero también para aprovechar sus virtudes; un sistema que también emplea el papel y lápiz, y que cuenta con una serie de conceptos muy básicos como la llamada lista viva, el vaciado o dump, la bóveda y el calendario. Pero vayamos por partes y analicemos en qué consiste cada uno de ellos.
Así, la live list se postula como la parte esencial de este sistema; un registro que se llevará a cabo en un cuaderno y que tenemos la opción de realizar de dos modos distintos: como un inventario de tareas que s llevar a cabo hoy mismo, o como un índice permanente de asuntos que tenemos en el tintero. En el primero de los casos, la idea es eliminar aquellos que hayamos cumplido al final de la jornada y pasar al día siguiente las que nos han quedado pendientes. Fácil y rápido.
Respecto al segundo tipo de lista, se trata de una que no expira hasta ser completada y a la que no podremos añadir más cuestiones hasta que la finalicemos; un enfoque solo adecuado para aquellos que no consiguen llevar a cabo demasiados propósitos pero que chocará de frente con los que deban establecer prioridades.
El dump, por su parte, consiste en una suerte de vertedero mental. Sí, aquel espacio en el que depositaremos todas nuestras ideas y garabatos; un lugar que no necesita ser estructurado pero que te permitirá plasmar conceptos que vayan surgiendo sobre la marcha. Un alivio para el caos de nuestra abarrotada cabecita que no brindará la oportunidad de rescatar algunas cuestiones y moverlas a la lista viva cuando tomen forma.
Otra posibilidad es que vayan a parar a la bóveda; una sección para aquellas tareas pendientes que todavía no tengamos previsto organizar. La clave es estructurarla en proyectos y en etiquetarlos, es decir, identificar el propósito de cada lista. Para que te hagas una idea y si, por ejemplo, tienes que ir a comprar, usa la etiqueta “com”. Y así sucesivamente. Lo mejor del caso es que esta clasificación la determinas tú mismo. Ahora bien, debes respetarla, pues constituye un elemento esencial para establecer prioridades.
Por último, el calendario consiste en una versión modificada de uno convencional. La principal diferencia es que dispone de espacios específicos para las tareas pendientes mensuales, semanales y diarias. De hecho, cada punto escrito en el calendario hace referencia a un elemento de la bóveda.
Dicho lo cual, su autor plantea que tienes la posibilidad de utilizarlo de muy diversos modos en función de lo que más te interese. Strikethru Lite se centra de hecho, en los dos primeros conceptos mientras que el sistema estándar añade la bóveda y el Pro los calendarios. También puede combinarse con otros sistemas de productividad como la popular técnica Pomodoro y el método Kanban.
Al margen de lo dicho y como reconoce Kyle, Strikethru no se trata de una ciencia exacta y se encuentra lejos de ser perfecto. Eso sí, te permitirá sentir que tienes las cosas (en términos generales) bajo control. Algo muy de agradecer, especialmente porque no requiere de grandes dosis de esfuerzo y resulta sencillo de poner en práctica. ¿Te atreves a probarlo?
Por otra parte y aunque se trata de un método analógico, lo cierto es que sus desarrolladores están trabajando en una aplicación específica; una herramienta de cuyo lanzamiento puedes estar al tanto a través de un apartado específico de su página oficial, en la que también encontrarás otra información interesante relacionada con el proyecto. Además, la web integra un blog muy útil a la hora de obtener consejos para ser más productivo y cumplir tus metas.
En Genbeta | Cuatro herramientas de gestión del tiempo que te ayudarán a organizarte mejor. Pero, ¿de veras?
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