En Genbeta ya os hemos hablado de los MOOC o COMA: cursos online, masivos y abiertos. Vimos las ventajas que tenían y los desafíos que se les presentaban, y también os pusimos varios ejemplos de cursos gratuitos en español.
Hoy vamos a seguir ampliando este tema. Hemos hablado con varios estudiantes: desde los que sólo hicieron un curso a los que son verdaderos veteranos, con 7 cursos realizados en varias plataformas, y pasando también por personas con estudios superiores que han decidido ampliar sus horizontes con estos cursos. Les hemos preguntado su opinión, los problemas que se han encontrado y qué diferencias les ven frente a los cursos presenciales universitarios.
La flexibilidad, la gran ventaja pero también el gran problema
¿Por qué deciden los estudiantes entrar a un curso online? La principal razón es formarse con un horario más flexible. Tanto los estudiantes que están cursando una carrera universitaria como otros que ya obtuvieron su diploma hace varios años aprecian muchísimo el poder complementar su formación sin tener que comprometerse a un horario fijo.
Pero esa flexibilidad también puede ser un problema. Guillermo Guridi, estudiante de Ingeniería Informática y Matemáticas en la Universidad Autónoma de Madrid, se matriculó en los primeros MOOC (Introduction to Databases, Introduction to Artificial Intelligence y Machine Learning) antes de que se convirtieran en plataformas completas y nos comenta los problemas que tiene la flexibilidad de horarios:
En mi caso poder aplazar las cosas o poder visitar Facebook mientras veo la clase sin remordimientos no tiene un efecto muy positivo y ha conseguido que abandone un par de cursos a la mitad.
De la misma forma, otra alumna nos comentaba que si se toman a ligera estos cursos, es muy posible dejarlo apartado durante semanas y acabar olvidándote de lo que habías hecho al principio.
Además, no siempre es fácil planificarse. Muchas veces la carga horaria es mayor que la que se dice al principio de curso y acaba siendo muy difícil compatibilizarlos con otras actividades.
Materiales: calidad dispar y dependiendo del profesor
Los materiales de apoyo son uno de los puntos más importantes de los MOOC, ya que son la principal ayuda para comprender e interiorizar los temas tratados. Aquí, los estudiantes con los que hemos hablado nos han dado varias impresiones diferentes.
Por un lado se han encontrado con vídeos y ejemplos abundantes que ayudan a comprender el tema, tal y como nos comentaba Mercedes Paoletti, estudiante de Ingeniería de Computadores en la Univrsidad de Extremadura y que cursó Artificial Intelligence for Robotics en Udacity. Pero otros estudiantes universitarios nos comentan que en algunos casos se resiente mucho la variedad de los ejercicios y exámenes frente a los materiales que te encuentras en la Universidad. Por otro lado, hemos econtrado un caso concreto de una alumna que hizo un curso en el que había que pagar por tener documentación más amplia, lo que en cierto sentido iba contra la idea de los MOOC gratuitos.
Donde todos los estudiantes coinciden es en la calidad del profesorado. Guillermo Guridi lo atribuye al interés de estos profesores en los cursos:
Una de las cosas que más me sorprendió de estos cursos es la calidad de los profesores. Normalmente solo crean cursos online los profesores que realmente están interesados en ese campo, y se nota.
En muchos casos, esos profesores son verdaderos expertos en su campo, y normalmente no tendríamos acceso a ellos si no fuese por estos cursos online.
MOOC frente a cursos universitarios presenciales
La primera diferencia entre un MOOC y un curso tradicional es la disponibilidad. Llegar hasta este tipo de cursos no es fácil: no hay mucha información acerca de los sitios web que los ofertan y los alumnos con los que hemos hablado suelen llegar a través de recomendaciones de otros estudiantes o, en algún caso, de profesores.
También hay un problema en la relación con los profesores, muy distinta a la que tenemos en un curso normal. Según una estudiante de Estudios Ingleses en la Universidad de Extremadura:
Para mí, la Universidad presencial tiene la gran ventaja de la enseñanza “face-to-face”, que nos ayuda a resolver las dudas mucho antes en un entorno con más personas con las que relacionarse, etc. La figura del profesor en este entorno no es reemplazable.
La posibilidad de enviar mensajes al profesor y los fotos de estudiantes intentan suplir esa deficiencia, pero no son tan efectivos como estar en una clase presencial.
Otro problema es el reconocimiento, especialmente para estudiantes con estudios superiores ya completados hace varios años, como es el caso de Alberto Julián, Ingeniero Superior de Telecomunicaciones. Buscan ampliar su conocimiento pero no obtienen ningún certificado con el que validar en su currículum esa formación recibida.
También nos han comentado otros problemas menores, como por ejemplo la obligación de estar delante del ordenador para "asistir" al curso, cosa que acaba cansando bastante; o que la sensación de inmersión en algunos aspectos todavía no es como la de un curso presencial.
Un punto que nos han comentado todos los estudiantes con los que hemos hablado: el precio. Ser gratuito es todo un punto a favor frente a lo que cuesta una asignatura de universidad: probablemente si hubiesen sido de pago, ninguno de los estudiantes habría cursado las asignaturas que tienen en Coursera, Udacity o similares. Eso sí, no es el aspecto decisivo. En palabras de Mercedes Paoletti:
Por supuesto el que sean cursos gratuitos es un plus, pero creo que más que el no pagar, lo verdaderamente importante es la calidad de los contenidos y el peso que pueda tener en tu currículum (es decir, que tengan certificados).
En general, los estudiantes coinciden en que estos cursos son un complemento muy interesante a la formación universitaria, pero que todavía necesitan expandirse más y estar más reconocidos para atraer a más estudiantes.
Imágenes | Ed Schipul | Sean MacEntee
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