Da igual que algún sector de los usuarios se resista: ya se ha hecho evidente que el siguiente paso es la nube. El mismo evento de la PlayStation 4 lo demostró, anunciando que la consola de próxima generación se basaría en la plataforma Gaikai para hacer streaming de juegos. Cada vez descargamos menos, y nuestros terminales no necesitan tanto espacio. Con este panorama, ya hay quien busca un modo de guardar todos sus archivos en la nube y así poder acceder a ellos desde donde quiera.
Para ello tenemos varias alternativas: Dropbox, Google Drive, Box.net, SkyDrive, Cubby, SugarSync, iCloud, Bitcasa, Mega, App.net... y cada una tiene planes gratuitos y/o de pago bajo el brazo. De repente, algo que teníamos sobradamente en nuestros ordenadores se convierte en un recurso preciado: el espacio. Los planes gratuitos sulen ofrecer poco espacio, de 2 a 7 GB. Para un usuario básico que gestione archivos usuales es más que suficiente. Simplemente tiene que escoger entre alguno que sea compatible con los dispositivos y sistemas que él utilice y listo, ya tiene un sitio en la nube desde al que acceder a todos sus documentos, hojas de cálculo, archivos PDF y demás.
Pero supongamos por un momento que no somos un usuario básico y la cantidad de archivos que tenemos es mayor. Lo suficientemente mayor como para no poder guardarlo todo en un mismo servicio sin pagar. ¿Qué ocurre entonces? Puedes pagar, por supuesto, pero algunos optan por hacer otra cosa viendo lo que ofrecen todos los servicios que hemos mencionado.
Divide y vencerás: una nube para cada tipo de archivos
Porque aquí el espacio deja de ser el único factor que se tiene en cuenta: mientras que en nuestro ordenador siempre nos hemos limitado a clasificar nuestros archivos en carpetas con el criterio que sea, en la nube cada aternativa tiene ciertas ventajas únicas. Google Docs es capaz de editar y visualizar archivos desde supropia web, Skydrive tiene una interfaz ideal para ver imágenes, iCloud sincroniza los documentos de iWork sin líos de carpetas... a donde quiero llegar es que pasamos a repartir nuestros datos en los servicio donde nos venga mejor. Fotografías del trabajo en un sitio, fotografías personales en otro, documentos en otro... ya hay incluso herramientas como Doo, que ayudan uniendo todos esos servicios en una sola aplicación y así darnos la sensación de quelo tenemos todo en un mismo lugar.
Cada servicio tiene su espacio donde crear carpetas, pero esos servicios también actúan a modo de "carpetas" o "zonas" cada una con una ventaja especial dirigida a un tipo determinado de documento. Repartiendo los archivos así puedes sumar los GB que tienen los planes gratuitos de cada servicio y amasas una cantidad respetable de espacio, aunque todavía puede no ser lo suficiente. Y normalmente los planes de pago llegan a las decenas o centenares de GB, lo que puede llevar a hacer el movimiento final de confiar todos nuestros datos a un solo servicio por el que pagamos.
Otro fenómeno que puede traer esto puede incluso llegar a cambiar el modo con el que guardamos archivos. Ya he visto a más de una persona empezando a revisar sus carpetas y haciendo limpieza de todo lo que se da cuenta de que no necesita, en un intento de paliar ese 'diógenes digital' que nos ha cogido a todos con la proliferación de los discos externos con TB y TB de capacidad y de poder caber en los pocos GB que tienen los servicios en la nube. Seguro que hay muchos casos en los que ni así se reducirá mucho espacio, pero ya es un paso.
En resumen, es como si volviéramos a lo básico para poder disfrutar de las ventajas que representa tener nuestros archivos en cualquier lugar y sincronizados sin que nosotros tengamos que mover un dedo. Simplificándolo todo al mínimo posible y guardando cada dato donde mejor lo podamos ver y editar.
Imágenes | Karin Daziel, Jessica Mullen
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