Adobe ha abrazado definitivamente la nube, pero de una forma más atrevida de lo usual: elimina el pago de una licencia única para poner todo su software en alquiler. Hasta ahora eso sólo había sido una opción con Creative Cloud, pero pasará a ser la única opción con la llegada de las versiones CC de todos sus programas. Se acabó el gastarse miles de euros (literalmente) con las licencias.
De entrada es una buena noticia para Adobe: las clásicas cajas de software se abandonan y las empresas lo tienen más fácil para adquirir los programas vía internet y nada más decidir hacerlo. Por otra parte, las distribuidoras físicas se quedan sin poder vender esas cajas en sus establecimientos... aunque quizás el efecto más importante de todos recaerá en la piratería.
Que levante la mano el que haya tenido una versión pirata de Photoshop instalada en sus ordenadores, al menos de forma puntual e incluyendo los que utilizan la licencia legal del cuñado que tiene una empresa de diseño. Casi todos. Por el motivo que fuese era una decisión tremendamente fácil: gastarse mil y pico euros en un programa informático era prácticamente una broma de mal gusto para cualquier usuario base. Photoshop está orientado al profesional, y sus precios lo reflejaban bien.
Y de todas formas, intentar piratear una aplicación que se comunicará constantemente con la nube de Adobe va a ser mucho más difícil. Los que no se queden con las versiones antiguas de Photoshop y similares preferirán buscar alternativas baratas o gratuitas (que las hay) o simplemente aceptarán pagar la cuota mensual. Adobe se ha pasado a la nube, pero ha matado dos pájaros de un tiro hiriendo de muerte a la piratería que circula por la red.
Ahora bien, imaginarme a todas las soluciones de software adoptando este modelo me preocupa. Porque una cosa es cambiar una licencia de tres ceros a una mensualidad razonable y ofreciendo servicios constantes en la nube, pero otra muy diferente es que responsables de aplicaciones más simples decidan probar suerte con este sistema. Y no sé yo si nos gustaría que programas como Pixelmator, cuya licencia cuesta unos 25 euros, pasasen a exigir una mensualidad para poder utilizarse.
Este movimiento es perfecto para aplicaciones que necesiten a la nube (Adobe ha sido inteligente haciendo que sus próximas versiones dependan de ella), pero no va a servir de excusa para colocar programas más simples a una mensualidad. Espero que no estemos ante el principio de un movimiento alquilémoslo todo, porque puede ser contraproducente y dar los resultados contrarios a los que se esperaban.
Personalmente encuentro muy adecuada la nueva oferta de Adobe, y si algún día necesito la potencia de Photoshop no me lo pensaré demasiado en pagar la mensualidad para poder usarlo de forma puntual. También puede hacer que los usuarios se pongan a buscar alternativas, pero tienen la carta de las capacidades y la potencia en la mano.
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