En los mediados de la década de los 80 del siglo pasado, el conseguir que dos lámparas de mesa expresaran sentimientos y emociones, era algo que conllevaba millones de dólares - en hardware -, miles de horas de programación y todo un equipo de genios (Pixar).
Hasta el infinito y más allá
Desde aquellas primeras animaciones, que experimenté en primera persona lo laborioso que eran en su producción, hasta la actualidad en nuestro siglo XXI; las capacidades de los programas de animación han superado las más fantásticas previsiones que se podía encontrar en los libros y películas de Ciencia Ficción.
Actualmente tenemos juegos que, en tiempo real, son capaces de mover miles de polígonos iluminados y texturizados a más de los 24 frames/seg. mínimos que requiere una animación fluida. Gracias a una enorme potencia de cálculo y, al igual que entonces, a las maravillas nacidas de los dedos de los desarrolladores.
Y no hablemos de los estudios de efectos especiales que son capaces de construir un universo paralelo como fue "Avatar" en donde la totalidad de la película es generada por computadoras.
Modelar el mundo real, con sus leyes y su inabarcable complejidad, para ser representado de una forma fidedigna es todo un hito en la historia de la programación, y vídeos como el que sigue a continuación – del próximo Siggraph 2013 - , muestran la increíble fidelidad conseguida con software de "animación por ordenador".
Ahora entenderás, si estás estudiando alguna ingeniería de desarrollo de software, la necesidad de tener una muy buena base matemática, y porqué es imprescindible materias tan difíciles como el calculo integral o algebra.
Imágen | Película Avatar