En los tiempos que corren, va siendo cada vez más habitual elegir la opción del autoempleo, darse de alta como autónomo e iniciar un proyecto de desarrollo freelance o bien unir fuerzas con algunos compañeros y compañeras y arrojarse de cabeza a la aventura empresarial como sociedad. El camino a recorrer no es fácil, pero siempre hay que tener algo muy en cuenta, Autoempleo no es prostitución.
Antes de iniciar ningún proyecto de autoempleo, bien sea éste como socio en una sociedad con su propia forma jurídica o bien a través del trabajo autónomo como freelance, lo primero que tenemos que hacer es una valoración lo más detallada posible de cuales son los recursos a nuestro alcance, cual va a ser nuestro modelo de negocio, cual es nuestro punto de partida y cuales son las metas que queremos alcanzar a largo plazo y aquellas más asequibles a corto plazo.
Sobre todo, tenemos que trazar un plan estratégico o un plan de empresa y definir una serie de normas y lineas invisibles que no estaremos dispuestos a cruzar, debemos saber valorar lo que cuesta nuestro trabajo y no rebajarnos a cobrar menos de lo que realmente creemos que merecemos, solo de esa manera conseguiremos que el autoempleo no sea igual a la prostitución.
Breve introducción al profesionalismo
Lo que en España conocemos como cárnica no se inventó aquí ni mucho menos, como muchas otras cosas, las cárnicas vienen importadas de Estados Unidos. Las cárnicas son uno de los tres tipos de consultorías de tecnologías de la información y la comunicación (IT consultant) que podemos encontrar en el mercado. Todas las consultorías tienen una cosa en común, ofrecen servicios a sus clientes que luego facturan en horas de trabajo imputadas a los diferentes proyectos que son llevados a cabo por las mismas. Los tres grupo son:
Consultoras tipo Brain: Requieren de un nivel elevado de expertos y seniors puesto que su modelo de negocio se basa en la capacidad de afrontar cualquier reto tecnológico que se les presente. Normalmente implementan políticas de up or out y están fuertemente orientadas a crear escuela, formar profesionales y ofrecer carreras a sus empleados con el objetivo de que algún día se conviertan en socios senior o expertos. Su eslogan es: contrátanos porque somos la élite de la resolución de problemas complejos y/o críticos.
Consultoras tipo Grey Hair: Requieren de un nivel menos elevado de expertos y seniors y tienen una mayor cantidad de juniors en sus filas. La estrategia de este tipo de consultoras es la de compartir y difundir el conocimiento de la empresa a través de su personal. Algunas también implantan sistemas de up or out sin embargo es menos habitual puesto que requieren de un grado menor de excelencia para realizar su trabajo. Su eslogan es: contrátanos porque somos expertos en resolver el tipo de problema que tienes.
Consultoras tipo repetitive: Éste último grupo, se caracteriza por realizar un trabajo mucho menos metódico que sus contrapartidas Grey Hair y Brain, caracterizado regularmente por lo que en el mundillo solemos denominar “trabajo de machaca“, es decir, trabajo cuasi mecánico que no requiere de un nivel de conocimientos elevado para ser realizado y que por regla general requiere de una inversión económica mucho menos elevada. Su eslogan es: contrátanos porque puedes externalizar tus necesidades TIC con nosotros de forma barata
Por regla general, en las consultoras de tipo repetitive, trabaja personal con poco talento, estudiantes que aún no han finalizado sus estudios, jóvenes en su primer contrato laboral y becarios de todo tipo, a no ser que vivas en España donde las repetitive (cárnicas) están plagadas de ingenieros superiores y gente con talento que ocupa su tiempo en escribir aplicaciones mediocres bajo directrices mediocres de profesionales mediocres cuando no en ocasiones horrendos y obligados a aceptar unas condiciones laborales infrahumanas.
Así es como aún hoy en día en el 2011 nos encontramos aplicaciones web con SQL Injection de libro y aberraciones que algunas personas se empeñan en llamar software, dejadas escapar por Can Cerbero directamente desde las mismas puertas del hades.
El primer paso para iniciar un proyecto espléndido y con futuro ya no como desarrollador freelance, sino como profesional de las tecnologías de la información y la comunicación es no trabajar en una cárnica. Conozco mucha gente con talento que trabaja en cárnicas por 800 o 1000 euros al mes soportando unas condiciones horribles que podrían estar ganando el doble de forma autónoma pero no lo hacen por miedo o porque les resulta más sencillo recibir directrices y trabajo de “otros” en lugar de buscarlo ellos mismos.
Somos profesionales no técnicos
Los Consultores TIC no somos ni frikis, ni autónomos, ni personal laboral, ni personal externo, ni subcontratados, ni técnicos, somos profesionales y expertos en nuestra parcela de conocimientos.
Nuestro sector es lo suficientemente oscuro y complejo como para que sea necesario cierto grado de conocimiento vetado para una inmensa mayoría de personas que son incapaces de valerse por si mismas a la hora de implementar las soluciones que requieren. Al igual que un abogado, un procurador, un médico o un asesor financiero, nosotros somos expertos en nuestra parcela laboral, sabemos lo que cuesta nuestro trabajo, sabemos llevarlo a cabo y por supuesto, sabemos como cobrarlo.
El modelo de negocio
A la hora de ofrecer servicios profesionales, el modelo de negocio más adecuado es el de tasa horaria, es decir, facturar en base al número de horas efectivas que dedicas a resolver una problemática específica de un cliente. De esta manera, estaremos cobrando por aplicar nuestros ingentes conocimientos en la solución activa de un problema específico de nuestro cliente, no estamos vendiendo una licencia, una aplicación o un servicio, estamos vendiendo nuestra excepcional capacidad para la resolución de problemas complejos convirtiéndonos de esa manera en aliados de facto de nuestros clientes y piezas indispensables para el correcto funcionamiento de su actividad productiva, de esa manera, estamos construyendo la excelencia.
Las habilidades
Los conocimientos técnicos son necesarios a la hora de emprender cualquier tipo de aventura relacionada con el autoempleo, pero no son las únicas habilidades necesarias para conseguir el éxito. Es necesario desarrollar un buen grado de habilidades no técnicas para aprender a relacionarnos con nuestros clientes, a negociar y a aportar valor a nuestros servicios. Un trabajo de calidad no siempre implica un servicio de calidad. Una muestra muy común de esta afirmación la tenemos en los talleres mecánicos o en los salones de belleza. En muchas ocasiones no vamos al taller mecánico más barato que conocemos, sino al que mejor servicio nos ofrece. Con los salones de belleza y las peluquerías pasa lo mismo.
No te ofusques en ofrecer el mejor aporte técnico posible descuidando otro tipo de habilidades necesarias para conseguir el éxito profesional todo es importante. Si eres incapaz de desarrollar ese tipo de habilidades por el motivo que sea, no dudes en buscar a alguien que si sea capaz, un agente comercial o un socio cualificado puede ser la mejor opción. En serio, una correcta relación con los clientes es en gran medida responsable del éxito o el fracaso de tu aventura empresarial.
Los errores más comunes
Uno de los errores más comunes es la falta de confianza en nosotros mismos. Si no somos capaces de auto convencernos de que nuestro trabajo vale X, como vamos a convencer al cliente de ello. La confianza en nosotros mismos es pieza fundamental para conseguir el éxito, de ahí que sea tan importante realizar una eficiente labor de análisis de nuestras capacidades y recursos antes de acometer ninguna actividad.
Igual de importante es el realizar un cálculo real de nuestro coste horario. No vale con multiplicar las horas del día por veinte y pensar que nuestra tasa horaria va a ser de veinte euros y así estaremos ingresando ciento sesenta euros diarios a nuestro negocio por que es una falacia. No conozco ningún consultor/desarrollador en el mundo capaz de facturar el 100% de su tiempo. Así que difícilmente vamos nosotros a conseguir facturar el 100% del tiempo que estemos trabajando por que la gran mayoría de nuestro tiempo estaremos realizando tareas que no podremos legitimar como facturables ante nuestros clientes.
Si por ejemplo necesitamos estudiar cierta librería antes de realizar una implementación para un cliente, no podemos facturar las horas que hemos dedicado a estudiarla porque no podemos facturar nuestra falta de conocimientos. Pero no solo ese es el problema, será necesario llevar a cabo ciertas tareas que no son facturables de forma alguna como buscar clientes, arreglar bugs, facturar, realizar tareas de prospección, redactar y emitir propuestas, etc, etc.
Por regla general las consultoras con un ratio elevado de tiempo efectivo facturable rondan entre el 35 y el 45 por ciento, tenlo en cuenta a la hora de realizar tus cálculos de costes. No olvides añadir también tus costes totales de propiedad, tus costes fijos y variables (luz, agua, teléfono, equipamiento…).
Y como último consejo, lee algún libro sobre el asunto antes de emprender ninguna aventura profesional, tener algunas cosas claras te evitará muchos problemas en el futuro.
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