El mes pasado, tras seguir el evento de Facebook en el que su fundador y consejero delegado presentaba su nuevo sistema de mensajes privados, opiné acerca de cómo algunas compañías han intentado empujar el correo electrónico hacia una lógica evolución todavía sin éxito. Y de momento seguimos igual, ya que dicho nuevo sistema de Facebook aún no se ha esparcido lo suficiente como para que veamos los efectos inmediatos.
Y es que, como siempre, el correo electrónico se niega a evolucionar debido a que los usuarios se resisten a seguir usándolo como se usaba desde el primer día. Y con la revolución de las comunicaciones y las redes sociales, ha quedado bastante evidente que el correo necesita evolucionar.
La pregunta del millón es: ¿Hubo alguna vez en la que el correo electrónico sufrió alguna evolución importante? ¿Hay alguna compañía que consiguió que viésemos el e-mail de otra forma gracias a ella? Que yo consiga recordar, lo único que se me ocurre es Gmail, de Google.
Viajemos atrás en el tiempo, a la era pre-Gmail en la que Google era conocida principalmente por su buscador y listos. En esa época el servicio de correo más usado era Hotmail, y el espacio máximo que nos ofrecían las cuentas de correo de este tipo eran 100, 50 o incluso menos MB. Mirábamos los correos uno a uno en una jungla de mensajes que empezaban por “FWD: FWD: FWD: RE: RE: RE:” y pobre de tí que quisieses enviar un archivo adjunto que pesara más de 1 MB... No existía Rapidshare, teníamos que borrar correos muy frecuentemente porque se nos llenaba la bandeja de entrada los RSS eran algo rarísimo que aún no usaba nadie y prácticamente todo se hacía con el correo. Los más veteranos lo recordarán y seguro que esbozarán una sonrisa.
Pero entonces llegó Google con Gmail y la lió parda. Nos ofrecía un servicio de correo con una interfaz limpia y simple comparado con el escalofriante diseño de Hotmail, 1 GB de espacio (en esa época eso era como si ahora nos ofreciesen Terabytes) y lo más importante: un sistema con el que podíamos ver varias respuestas de un mismo correo a modo de conversación.
El servicio empezó mediante invitaciones privadas, y eso sí que fue una oleada de solicitudes: todo el mundo quería una y en cuanto la conseguían se deshacían en halagos para el servicio de correo. A nivel personal, el correo pasó a gustarme mucho más como forma de comunicación.
A partir de entonces, Gmail ha ido mejorando y mejorando pero no ha conseguido dar un paso como el que dio cuando se estrenaba. Y tal y como estamos ahora mismo, creo que debería hacerlo otra vez. Wave fue un fracaso, pero podrían aprender bastante de ese intento de dejar obsoleto el correo electrónico y la iniciativa de Facebook: nada de líos con asuntos, copias, copias ocultas: escribes un mensaje, añades destinatarios y envías. Sólo con esta frase la interfaz del servicio podría simplificarse usando los nuevos estándares web.
Google ha demostrado ya muchas veces que es capaz de innovar. Si lo hace otra vez con Gmail en estos días en los que los usuarios piden a gritos más sencillez a la hora de comunicarse con las personas, sería fantástico. Así que espero que la actualizaciones a medio y largo plazo del correo de Google no sean simples mejoras de interfaz y nuevas utilidades en los Labs, sino algo grande. La esperanza es lo último que se pierde, según dicen.
Imagen | Gabriel