El servicio de almacenamiento en la nube Lolabits ha anunciado mediante un artículo en su blog que echará el cierre el próximo 31 de marzo. Dicho comunicado además anima a los usuarios del servicio a descargar todos sus ficheros durante este mes, puesto que a partir del 31 de marzo ya no estarán disponibles.
No hay mucha información respecto a la razón detrás de este repentino punto y final de Lolabits, más allá de un escueto "por motivos ajenos a nuestra voluntad". Pero el fin de este servicio de alojamiento de ficheros, sumado al cierre de otros servicios similares, da que pensar sobre la seguridad de nuestros documentos en la nube, y la importancia de elegir muy bien dónde guardamos esa parte de nuestra vida online.
Lolabits no es el primer almacén de datos en la nube que anuncia repentinamente el fin de su servicio. El año pasado pudimos ver algunos casos sonados, como el de Wuala de LaCie, y el de RapidShare. En el primero de ellos, LaCie decidió cerrar su servicio de alojamiento para centrarse en las áreas clave de su negocio, las que realmente le permiten crecer y obtener beneficios - es decir, discos duros y servidores NAS.
En el caso de RapidShare, uno de los primeros servicios de alojamiento de Internet, la empresa luchó por quitarse de encima el sambenito de la piratería, trabajando en una nueva imagen corporativa como almacén de archivos en la nube. El movimiento no les salió muy bien, y acabaron despidiendo al 75% de la plantilla en 2014, para cerrar el servicio definitivamente al año siguiente.
Otro ejemplo más reciente es el de Copy.com, que anunciaba su cierre el pasado mes de febrero, aduciendo cambios estratégicos en los planes de negocio de la empresa propietaria del servicio.
La importancia de elegir bien tu "nube"
El cloud computing tiene indudablemente numerosas ventajas: poder tener tus ficheros sincronizados y accesibles desde cualquier dispositivo es muy práctico, por no mencionar el hecho de que funcionan como una copia de seguridad extra en caso de que la que tengas en casa falle. Pero a la vista de estas últimas noticias sobre el cierre de algunos servicios de alojamiento, vale la pena hacer una pequeña reflexión antes de confiar nuestros datos a cualquiera.
El problema es que esta tecnología es un servicio atractivo para los usuarios, y algunas empresas tecnológicas se lanzan a ofrecerlo - aunque el alojamiento de datos online no sea su línea de negocio básica, como en el caso de LaCie). La feroz competencia en este sector, con participantes de la talla de Google (Drive), Microsoft (OneDrive), Apple (iCloud) o Dropbox, hace que para muchas sea imposible mantenerse a flote, y acaben fracasando en el intento.
Una empresa pequeña, o una compañía que no se dedique a este negocio como base de sus actividades, nunca podrá ofrecer los mismos niveles de seguridad y fiabilidad que uno de los grandes. Es una cuestión de números, de presupuesto y de recursos.
Como problema añadido, podemos encontrarnos el caso de que al ser una compañía pequeña, que acaba de empezar o que no tiene muchas posibilidades, ésta acabe siendo absorbida por una empresa mayor, momento a partir del cual ya no tenemos claro qué puede pasar con nuestros datos. ¿Cuál es la política del nuevo propietario sobre ellos? ¿Dónde acabarán almacenados? ¿Seguirán estando accesibles y seguros?
Por otro lado, no hay que olvidar que los servicios de alojamiento en la nube "gratis" están seguramente cobrándonos por otro lado. Ya sea mediante publicidad, referrals o limitando la funcionalidad del servicio de alguna manera, lo que es evidente es que alguien tiene que estar pagando esas facturas de alojamiento y electricidad. Ya lo dice el dicho: "Cuando no pagas por un producto, tú eres el producto".
Miedo, no; precaución, sí
Con esto no quiero decir que corramos todos a descargar vuestros ficheros de la nube y los metáis en un disco duro en casa, dentro de una caja, dentro de un cajón, lejos de la conexión a Internet. Pero sí que nos lo pensemos dos veces y miremos con lupa los términos y condiciones de uso de un alojamiento en la nube, antes de confiarle nuestros datos. Y más todavía si prometen cosas como "gratis e ilimitado".
Start-ups que acaban de empezar, empresas pequeñas, compañías que hasta ahora nunca habían hecho algo parecido y de repente se lanzan al negocio del cloud... quizás no sean los mejores candidatos para guardar tus documentos más importantes. En estos casos, y aunque a algunos les dé rabia reconocerlo, la mejor opción es confiar en los que tienen años de experiencia en este sector, o que cuentan con recursos suficientes para garantizar la seguridad, fiabilidad y disponibilidad de tus ficheros en la nube.
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