La última vez que hablamos de Robert Kyncl, CBO de YouTube, estaba relacionado con el escándalo de Logan Paul y qué pensaba hacer la plataforma con ciertos contenidos. Kyncl sigue intentando limpiar la imagen de la compañía y en una entrevista concedida a Hollywood Reporter ha ofrecido más datos interesantes acerca de esta polémica.
No olvidemos que YouTube, al igual que Google, es una plataforma basada fuertemente en la publicidad. Por este motivo, la compañía se está esforzando para recuperar la confianza de los anunciantes, intentando evitar que la publicidad aparezca en vídeos que podrían ser considerados como inapropiados.
Cada segundo se suben 400 horas de contenido a YouTube, así que es prácticamente imposible revisar personalmente todo lo que se publica. Gracias a sus algoritmos, Kyncl asegura que son capaces de acabar más fácilmente con el contenido extremista:
"Entre julio y diciembre de 2017 los algoritmos han realizado el trabajo de 180.000 personas trabajando 40 horas a la semana, exclusivamente en vídeos extremistas".
Kyncl afirma que "cuando todo el mundo tiene la posibilidad tener una voz, puede que algunas de esas personas no tengan buenas intenciones". Sobre el caso de Logan Paul en concreto, Kyncl declara que tras pausar los "proyectos originales" y sacarle de Google Preferred él "ha estado cooperando en el proceso" para poder encajar en el ecosistema de la plataforma.
Reconoce que "debieron haberlo hecho mejor, siendo más rápidos en la respuesta", pero no ha querido aclarar si este será el método con el que castigarán a los YouTubers que emulen este tipo de comportamientos.
Algoritmo al poder
Cada vez que entras a YouTube, la portada te recibe con una gran selección de contenido que podría interesarte. Obviamente, está basado en tus gustos: canales a los que estás suscrito, vídeos que hayas visto, vídeos a los que le hayas dado me gusta, etc.
Precisamente, The New York Times criticó duramente a YouTube hace unos días, afirmando que la plataforma ejerce como un "gran radicalizador" de nuestra sociedad. La autora del artículo (Zeynep Tufekci) experimentó con el algoritmo de YouTube, comprobando como las recomendaciones siempre le mostraban la misma versión de la historia.
Durante las elecciones del 2016 tuvo que ver varios vídeos de mítines de Donald Trump. A partir de entonces YouTube comenzó a recomendarle vídeos de extrema derecha, algo que también sucedía en los vídeos que se reproducen automáticamente.
Como ella no consumía ese tipo de contenido, decidió crear otra cuenta de YouTube y ver mítines de Bernie Sanders y Hillary Clinton. En este caso, las recomendaciones estaban relacionadas con teorías conspiratorias sobre las implicaciones del Gobierno en el atentado del 11 de septiembre de 2001.
Como vemos, en ambos casos YouTube recomendó un contenido totalmente extremo, tanto de izquierdas como de derechas. Puede que este tipo de vídeos polémicos sirven para llamar la atención de los usuarios, buscando que pasen el máximo tiempo posible en la plataforma.
Además, los usuarios podrían tener la sensación de estar atrapados en una burbuja, algo que también se puede aplicar para redes sociales como Facebook. Se busca que la publicidad y el contenido recomendado sea más afín a nuestros gustos, pero este tipo de medidas podrían servir para dividir todavía más a la sociedad.
Kyncl asegura que YouTube opera bajo cuatro principios de libertad: libertad de expresión, libertad de oportunidad, libertar de pertenecer y libertad de informar. Cuando le preguntan si la compañía toma decisiones basándose en unas ideas políticas, el CBO se defiende afirmando que YouTube "no intenta posicionarse de un lado de otro".
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