Que los trolls constituyen una auténtico incordio en los hilos de comentarios y que entorpecen el proceso comunicativo y la fluidez de la conversación es una realidad que se plasma en apuntes de todo tipo, desde aquellos más insultantes hasta otros que cuestionan la integridad del redactor. Un hecho que no solo acrecienta la falta de empatía sino que puede verse agravado por el anonimato.
De esta manera y con la finalidad de evitar las apostillas corrosivas, un periódico de Montana (Estados Unidos) ha decidido cambiar su política al respecto: a partir del próximo enero obligará a sus usuarios a participar con su nombre real; una identificación que no constituiría problema alguno de no ser por un “pequeño detalle”: que se aplicará con carácter retroactivo. Sin embargo, no ha sido el primero en aplicar esta medida.
La nueva política
Así, parece que la entrada en el nuevo año llevará aparejada la puesta en evidencia de aquellos que echaron espuma por la boca y que decidieron blasfemar; una consecuencia que, si bien, puede parecernos “justa”, entendemos que no respeta las formas y que, evidentemente, también afectará a otro tipo de usuarios –por ejemplo, aquellos que no deseen dar a conocer su identidad real por motivos políticos, laborales o económicos-.
En concreto lo que sucederá es que el Montana Standard reasignará la autoría de estas acotaciones, algo que, en todo caso, tendría que haber advertido. Para evitar mayores polémicas, eso sí, el diario online ha decidido poner a disposición de los afectados un correo electrónico al que, aquellos que deseen eliminar sus comentarios, deberán enviar una petición antes del 26 de diciembre.
Un sistema que, por cierto, no parece demasiado eficiente (da a entender que se trata de un borrado manual) y que podría llevar mucho tiempo y, en definitiva, exceder el margen de cinco días que establece el medio en cuestión. Lo peor del caso es que resulta probable que aquellos lectores que suelan interactuar con relativa frecuencia, hayan olvidado aquel comentario que podría conllevarles problemas en la actualidad.
Una política de nombre real que, inevitablemente, nos recuerda a los inconvenientes que ha traído aparejada la de Facebook (y que recientemente decidió modificar tras recibir las críticas de no pocos habituales de la red social). Pero no son los únicos sites en llevar acciones de esta índole.
El caso español
De hecho, el año pasado, uno de nuestros medios generalistas, El País, protagonizó un caso prácticamente idéntico; el 23 de octubre la edición digital y con la intención de que el diálogo “alcanzara niveles demasiado agresivos”, el equipo de moderadores decidió requerir la identidad (legal) de cada usuario de Eskup, pero no solo eso, sino que también reveló la de aquellos que habían participado con alias y nicks.
Algo que le valió no pocas críticas y que planteó un dilema legal. “Mire, supongo que usted conocerá la legislación, y yo jamás he autorizado que se publique mi nombre completo asociado a unas opiniones que, aceptando de antemano las condiciones impuestas por ustedes, hice de modo anónimo. Solo una autoridad judicial puede ordenar escrutar mis aportaciones”, protestaba una de las afectadas.
Una manera de proceder que el periódico debió advertir con antelación, algo que, al menos, está llevando a cabo el periódico estadounidense protagonista de nuestra noticia. Y a ti, ¿qué te parece la iniciativa? ¿Es necesaria una total transparencia?
Vía | Venture Beat
Imagen | Pixabay
En Genbeta | ¿De dónde salen los trolls? Esto es lo que hay detrás los sociópatas más conocidos de Internet
Ver todos los comentarios en https://www.genbeta.com
VER 23 Comentarios