Desliza pesadamente los pies sobre los peldaños de la escalera e inclina la cabeza, calculando sudoroso el tramo que le queda para llegar a su planta. Sus ojeras, alargadas, trazan surcos oscuros bajo sus ojos, y levanta la vista cuando se cruza con su vecino. –Menuda nochecita nos habéis dado-, masculla entre dientes. Él lo mira incrédulo y, seguro de sí mismo, afirma haber alquilado su apartamento a unos inquilinos muy responsables.
Seguro que si uno de tus vecinos suele ofrecer su casa en Airbnb te has encontrado alguna vez en una tesitura similar. Una situación ante la que poco puedes hacer pero que ahora la compañía pretende solucionar. ¿Cómo? Añadiendo una opción para que puedas quejarte. Una función útil para casi todos los implicados.
En qué consiste
De esta manera y según ha dado a conocer Bloomberg, el objetivo de la multinacional es proporcionar la opción de informar de los “escándalos” y malas prácticas de aquellos que han decidido alquilar una vivienda a través de su plataforma, asegurando que ningún tercero se vea afectado.
Una característica que beneficiará tanto a arrendatarios como a la comunidad en general, pues estos primeros tendrán la oportunidad de conocer cuál ha sido el comportamiento de aquellos huéspedes a los que han alojado más allá de las condiciones en las que haya quedado la residencia.
Asimismo, brinda la posibilidad a los afectados directos de quejarse, de protestar por unos hechos que pueden quedar ciertamente mitigados, especialmente porque se trata de exceso de ruido, una molestia que puede llegar a condicionar sus hábitos y rutinas pero que, pasado el momento en cuestión, carece de evidencias palpables.
Aunque no se han dado demasiados detalles al respecto; parece Japón será el primer lugar donde se pondrá en marcha la iniciativa. Sí, porque el país nipón es uno de los lugares en los que la plataforma ha experimentado un reciente y abultado crecimiento. Un hecho que ha significado para un amplio abanico de residentes, hacer frente a un órdago de vecinos atemporales sobre los que poco tenían que decir hasta ahora.
“Una de las cuestiones más importantes a las que se enfrenta la economía del compartir es cómo coexisten las personas que optan por tomar parte en ella con los que no lo hacen. Nuestro primer paso en esta dirección es dar a los vecinos la oportunidad de comentar o quejarse”. Y concretamente, podrán hacerlo a través de un formulario que el soporte de cliente de Airbnb se encargará de revisar.
Eso sí, la firma no ha especificado si esta información será pública, empleará un sistema de puntuaciones, o será verificada para que nadie salga perjudicado. Aun así y a priori, no parece mala idea a la hora de informar a los propietarios de la casa si sus huéspedes son, realmente, de confianza. Tal es así, que la función se desplegará al resto del mundo –y aunque la entidad no ha fijado ninguna fecha- “en unas pocas semanas”.
Otras consideraciones del país nipón
Asimismo, ayer mismo la agencia EFE publicó que Japón había batido su récord de visitantes; algo que habría llevado al país nipón a blindarse contra Aibnb –que el año pasado generó más de 1 millón y medio de euros- y a establecer restricciones concretas respecto de esta oferta turística.
De esta manera y bajo el adalid de “proteger la industria hotelera y a los vecinos ante el alboroto que generan quienes están de paso, el gobierno aprobó una ley que afecta al alquiler de viviendas particulares y que obliga a los anfitriones de la entidad protagonista de nuestro artículo a arrendar su domicilio durante periodos inferiores a una semana.
En algunos municipios concretos, de hecho, tienen que avisar a sus vecinos y cuerpo de bomberos de la estancia de estos inquilinos. Sus datos se guardarán hasta tres años después de la visita. Un marco tremendamente estricto que, “podría irse relajando paulatinamente”, pues la administración nipona también es consciente de “la necesidad de alojar a los millones de visitantes que recibe Japón”.
En todo caso, la iniciativa llama poderosamente la atención, pues fue precisamente el gobierno de Tokio el que buscaba este impulso turístico que se ha producido durante el último año. Un periodo en el que los asiáticos recibieron hasta 20 millones de visitantes, lo que supone un incremento de casi un 50% respecto las cifras de 2014. Teniendo en cuenta la escasa oferta hotelera del lugar y en nuestra humilde opinión, su propuesta nos parece un tanto desproporcionada.
Casos similares
Al margen de lo dicho, no podemos evitar acordarnos de otros casos polémicos relacionados con el uso “extraordinario” (o sea, fuera de lo común) que hacen determinados habituales del servicio. Por ejemplo, hace unas semanas os hablamos de uno ocurrido en California que roza lo esperpéntico: los arrendatarios descubrieron que su casa se había empleado para rodar una película porno.
Algo que los propietarios descubrieron gracias a una serie de objetos que dejaban muy claro los fines para los que había sido usado su domicilio y que iban desde enemas, juguetes sexuales, etcétera. Sus sospechas, de hecho, fueron confirmadas cuando observaron fotos en Instagram. El incidente llevó a Airbnb a expulsar al “cineasta” y a disculparse ante los afectados; unas consecuencias que bien podrían resultar similares con el exceso de ruido.
Imágenes | Flickr
En Genbeta | ¿Y si la casa que alquilas en Airbnb se usara para rodar una película porno?
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