Mientras muchos ven con esperanza los primeros pasos de la Web3 —aunque aún no tengan del todo claro ni siquiera en qué consiste—, y confían en que su consolidación se traduzca en grandes avances tecnológicos (y comerciales) para Internet; otros ya la dan por amortizada y obsoleta, y han puesto sobre la mesa el siguiente 'salto adelante': la Web5 (¿y dónde ha quedado la Web4? Pues en el mismo sitio que Windows 9, obviamente).
"Si fuera una canción, sería Power to the People, de John Lennon", comentaban hace unos meses nuestros compañeros de Magnet sobre la Web3, "la última palabra de moda de Silicon Valley". Sus defensores hablaban de usarla para disolver las estructuras de poder centralizadas, para no depender de los grandes proveedores y permitir la participación de sus usuarios.
También, por supuesto, es un término que en un momento u otro ha ido de la mano de otros grandes términos 'trendy' del mundillo tecnológico: metaverso, blockchain, NFT…
Precisamente son algunos de los más poderosos de Silicon Valley los que llevan tiempo señalando la cancamusa que constituye esa narrativa: Elon Musk y Jack Dorsey —aspirante a CEO y ex-CEO de Twitter, respectivamente— han denunciado que gran parte de la financiación de los proyectos de la Web3 proviene de grandes fondos de inversión… los mismos que están detrás de las centralizadas plataformas de la Web 2.0.
Jack 'ahora-sí-que-sí' Dorsey
Pero otra de las razones por las que Dorsey ataca a la Web3 es porque, siendo él mismo un defensor acérrimo del Bitcoin, desconfía de un ecosistema basado, sobre todo, en la blockchain de Ethereum. De modo que este fin de semana nos ha sorprendido a todos difundiendo un tuit de su compañía TBD en la que enlazaban una presentación sobre su nuevo y revolucionario concepto: la plataforma web "extra descentralizada" Web5.
"Esta es, posiblemente, nuestra contribución más importante a Internet. Orgulloso de este equipo. #web5", rezaba el tuit de Dorsey.
La propuesta de TBD habla de toda una serie de nuevas tecnologías complementarias, desde los identificadores descentralizados (DID), los nodos web descentralizados (DWN) o el servicio de identidad autosoberana (SSIS). Y todo ello, por supuesto, basado en Bitcoin en lugar de en Ethereum.
La retórica nos suena de algo: poner los datos y el poder en manos del usuario, descentralizar-pero-ahora-de-verdad, protegernos de la censura, etc. La presentación hace hincapié, eso es cierto, en aspectos interesantes como la no dependencia de organizaciones responsables de emitir certificados de seguridad e identidad.
Pero habría que preguntarse cuán fiable resulta un proyecto así cuando sale de la mente de Jack Dorsey, que ya fue culpable de mutilar en su momento el reducido potencial participativo de la Web 2.0 cuando cerró la API de Twitter y convirtió la plataforma en un jardín vallado. Después dijo sentirse arrepentido de ello, y se pasó dos años hablando de convertir Twitter en una plataforma —¿lo adivináis?— descentralizada.
Para cuando renunció a su puesto como CEO de la red social, no se había dado aún ningún paso en ese sentido. Pero ahora Dorsey se siente con ganas de extra-descentralizar todo Internet. ¿Alguien en la sala que quiera proponer una Web7 hiperdescentralizada basada en Dogecoin? ¿Musk, me lees?
Imagen | Basada en original de TED Conference
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