A pesar de que las descargas ilegales de música y de todo aquel contenido que posea derechos de autor se encuentran ampliamente perseguidas por no pocos países, que consideran que esta clase de actuaciones afectan negativamente a la industria discográfica, cinematográfica y similares; lo cierto es que un nuevo estudio sugiere todo lo contrario.
Así, Jonathan Lee, investigador del Departamento de Economía de la Universidad de Queen han descubierto que, en según qué circunstancias, la piratería podría no solo servir para promocionar un disco, sino también para impulsar sus ventas. Como apuntábamos, existen una serie de condicionantes. Pero expliquémonos.
Qué dice el estudio
En concreto, el documento es fruto de un trabajo que ha durado más de una década, un periodo de tiempo durante el que se ha examinado el efecto del uso compartido de archivos sobre las ventas de discos, tanto de música digital como en formatos físicos. ¿Su objetivo? Averiguar si la piratería las perjudicaba o actuaba a modo de promoción.
Para lograrlo, se han basado en datos pertenecientes a 250 mil álbumes y 4,8 millones de descargas llevadas a cabo a través de BitTorrent. Un análisis cuyos resultados han puesto de relieve que resulta prácticamente imposible determinar un “efecto positivo o negativo de la piratería en las ventas”. Todo depende de parámetros como el tipo de artista, su popularidad, el género, el medio, y otras variables.
De esta manera, Lee afirma que los resultados negativos atañen principalmente a las transacciones físicas, mientras que sucede todo lo contrario con las digitales, “lo que sugiere que el efecto boca-a-boca es más relevante para este último mercado”, apunta. Además y como indicábamos, la fama del cantante es también un factor condicionante. “Artistas de primer nivel pierden ventas, pero la pérdida se compensa parcialmente por un aumento en las ventas digitales”, afirma.
Respecto a los menos populares, la piratería solo beneficia a aquellos que son “realmente talentosos”, pues les da a conocer a posibles compradores de sus discos. Algo que no ocurre con los que no son buenos pues, sencillamente, la gente no está dispuesta a desembolsar una cantidad de dinero por su música.
Dicho lo cual, cabe resaltar que esta investigación no es única en su especie, sino que existen precedentes que se remontan, incluso, al año 2004. A pesar del cambio de hábitos tecnológicos que ha tenido lugar desde entonces, encontramos uno elaborado por David Blackhurn, de la Universidad de Harvard y titulado On-line Piracy and Recorded Music Sales, llega a conclusiones muy similares. De hecho, afirma que el intercambio de archivos es beneficioso para el 75% de los artistas.
En 2014, por otra parte, la propia Comisión Europea (en concreto, el Instituto de Prospectiva Tecnológica que forma parte del Centro Común de Investigación de la misma) corroboró que la piratería no afecta a las ventas digitales. “Se ha concluido que los consumidores de música sustituyen el consumo legal de música por el consumo ilegal de música, pero gran parte de lo que se consume ilegalmente no se habría comprado si la piratería no estuviera disponible”, indicaba su documento.
Además, no podemos perder de vista que los cantantes y artistas tienen otras fuentes de ingresos, como las de las giras y conciertos. De hecho, Patrik Wilson, autor de La Industria de la Música: Música en la Nube afirma que estas y las licencias constituyen las principales “fuentes de ganancias para los músicos”. Una afirmación que ilustra con el caso de Madonna, que genera el 95% de estas en sus giras.
Imágenes | Pixabay
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