Las mochilas verdes de Uber Eats comenzarán a verse a partir de este jueves en las calles de Barcelona. Tras haberse anunciado a principios de año la estrategia de expansión por España y la vuelta a la Ciudad Condal, estimándose su lanzamiento en semanas, al final ha habido que esperar algo más de tres meses para ver nuevamente a los repartidores de la compañía.
El servicio de comida a domicilio de Uber vuelve a la capital catalana, después de la primera experiencia hace tres años, al igual que también volvió el servicio de transporte de Uber a mediados del mes de marzo. Está previsto que la expansión continúe por Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza a lo largo de este 2018 tras la experiencia acumulada en Madrid el año pasado.
Uber Eats llega a Barcelona sin pedido mínimo durante el primer mes (luego las entregas costarán 2,5 euros) y con más de 150 restaurantes de 15 tipos de cocina. El servicio permitirá realizar pedidos a través de la aplicación móvil y desde la web, ubereats.com. Funcionará de lunes a domingo entre las 12 de la mañana y las 12 de la noche.
La polémica en torno a los repartidores autónomos sigue encima de la mesa
Este servicio de Uber tiene como base el reparto de los pedidos mediante repartidores autónomos, un cuestionado modelo similar al que tienen otras compañías dedicadas al mismo negocio como Glovo o Deliveroo.
Esta última marca operada por Roofoods Spain S.L.U., de hecho, ha visto cómo tanto en Valencia como en Madrid la Inspección de Trabajo —órgano dependiente del Ministerio de Empleo— ha considerado a sus riders como trabajadores asalariados y no como autónomos. "Debe prevalecer el verdadero contrato sobre el pacto fingido o aparentado", decían los inspectores.
En medio de las críticas y denuncias al modelo de negocio, Uber Eats anunció un paquete de seguros gratuitos a sus repartidores europeos con cobertura frente a accidentes personales, beneficios en efectivo por hospitalización, daños a la propiedad y cobertura por daños personales o materiales a terceros.
En la presentación a la prensa en Madrid el pasado enero, Manel Pujol, director general de Uber Eats en España, defendía el modelo de Uber Eats como una propuesta completamente flexible y sin exigencias a sus repartidores. Indicó, además, que los repartidores de Uber Eats trabajan de media entre 15 y 18 horas semanales y que compatibilizan este trabajo con estudios u otros empleos.
Más polémico fue, sin embargo, en una entrevista con La Vanguardia. Interpelado a razón de las inspecciones de trabajo a Deliveroo que cuestionan la relación con los autónomos dijo que la flexibilidad en torno a su modelo forma parte de lo que son "y si tuviésemos que cambiar eso probablemente no existiríamos".
A principios de año, además de distanciarse de sus rivales en cuanto a la relación con los repartidores autónomos, Pujol aseguró que no habían recibido ninguna notificación de ninguna autoridad laboral en España.
Uber Eats comenzó en Madrid con una selección de 150 restaurantes y actualmente reúne a más de 800. Con los de Barcelona son 950 restaurantes los que ofrece y su objetivo con la expansión a otras ciudades es alcanzar los 5.000 establecimientos en España. De momento, si nada ha cambiado desde enero, el servicio no está dando beneficios en territorio español, básicamente y según las afirmaciones de sus responsables, porque no quieren.
En Genbeta | Uber vuelve a Barcelona: la cronología de sus idas y venidas desde 2014 a 2018
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