Actualización: el Departamento de Seguridad Nacional ha retirado la orden para desenmascaran al usuario tras la cuenta crítica con las políticas de Trump en menos de 24 horas desde la denuncia de Twitter.
https://twitter.com/ALT_uscis/status/850399183127273472
El presidente de los Estados Unidos Donald Trump quiere saber quién está detrás de la cuenta de Twitter que arremete contra sus políticas. La compañía se niega, y ha interpuesto una demanda contra su administración.
Twitter alega que la petición para identificar a un usuario detrás de una cuenta anónima viola el derecho constitucional a la libertad de expresión.
Esha Bhandari, abogada de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos, que representa al usuario de Twitter en el caso, dijo que la solicitud del Gobierno era insólita: "Las solicitudes del sobre información de cuentas en redes sociales suelen involucran un tema seguridad nacional o un delito. No vemos en este caso la razón por la que el gobierno ha pedido revelar la identidad del usuario", dijo a la prensa.
“Los derechos de libertad de expresión que amparan a los usuarios de Twitter y a Twitter bajo la Primera Enmienda incluyen el derecho a realizar estos discursos políticos bajo el anonimato”, se puede leer en la demanda interpuesta en la corte de San Francisco.
La cuenta en cuestión, @ALT_uscis, es administrada, hace entender, por empleados del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) de Estados Unidos. Publica habitualmente contenido y opiniones contrarias a las políticas de inmigración del presidente y entre sus seguidores se encuentra Jack Dorsey, consejero delegado de Twitter.
Es una de las muchas cuentas de “agencias alternativas” que emergieron tras la elección del cuadragésimo quinto presidente de EE UU que dicen ser o pretenden ser extrabajadores que pueden ofrecer un punto de vista especial y diferente sobre las prácticas de las agencias gubernamentales con las que disienten, se lee en la demanda.
“Al igual que otros muchos usuarios de Twitter, los que hablan a través de estas cuentas de ‘agencias alternativas’ lo hacen a través de un pseudónimo para evitar revelar su identidad real”, continúa. “Los usuarios quieren preservar su identidad son, presumiblemente, el deseo a hablar libremente y sin miedo de que sus comentarios contrarios al punto de vista de la Administración y agencias les supongan un problema”.
A Trump le apasiona Twitter tanto como ver la Fox. Fue su herramienta predilecta de campaña electoral, ya que podía controlar a la perfección el mensaje que quería ofrecer al electorado que quería conquistar, y pronto sus tuits ganaron repercusión debido a su lenguaje directo e ideas populistas. Pese a estar ya en el Despacho Oval, Trump sigue empleando esta herramienta de difusión de la misma forma: criticando todas las mañanas a jueces, políticos y medios de comunicación "carentes de honestidad".
No es la primera vez que Twitter da un paso al frente en pos de salvaguardar la privacidad de sus usuarios. Ya en 2014, demandó al gobierno por las restricciones que impuso a la hora de publicar las solicitudes de vigilancia que recibían las empresas tecnológicas a diferencia de Google, Yahoo, Facebook o Microsoft, que acordaron con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos no dar información exacta del número de solicitudes recibidas. Para Twitter era inaceptable, tal y como promulgó en su informe de transparencia.
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