El teletrabajo se ha asentado en nuestro mundo como una nueva realidad que ha cambiado ciertos patrones de nuestra vida (porque el trabajo ocupa una enorme parte de nuestra vida) y ha traído con ello nuevos estudios de compartamiento, diversos cambios incluso en el tráfico de las ciudades, nuevas rutinas (como que hemos pasado del presentismo en la oficina a estar conectados mucho más tiempo, algo conocido como presentismo digital), nuevas formas de control empresarial y también nuevos fenómenos.
Uno de estos nuevos fenómenos se ha bautizado como la paranoia de la productividad (paranoia productivity). Abrió la veda Microsoft hace unos días cuando hablaron de "la paranoia de la productividad" definiéndola como una situación en la que "los directivos temen que la pérdida de productividad se deba a que los empleados no trabajan, a pesar de que las horas trabajadas, el número de reuniones y otras métricas de actividad han aumentado".
Hay más ejemplos a este respecto. Un nuevo estudio con 400 equipos creativos digitales de Estados Unidos y Reino Unido reveló que aunque sólo el 22% espera volver a trabajar en la oficina hay problemas básicos de productividad que persisten con el trabajo remoto e híbrido. El 58% de los encuestados afirma que duplicar un trabajo innecesariamente (dos personas haciendo la misma tarea sin ser conscientes) se presenta como un reto mayor que antes.
La falta de comunicación entre equipos que colaboran de forma virtual es uno de los principales problemas para el 47% de los encuestados. Otro 53% afirma que tiene más dificultades para encontrar las herramientas o activos digitales adecuados en el momento en que los necesita. por ejemplo, hay problemas a la hora de almacenar y etiquetar los archivos para poder encontrarlos, problemas con la gestión de licencias y derechos, y cómo se controlan las versiones preliminares de imágenes, vídeos y copias durante la producción. Esto se traduce en barreras para un trabajo eficaz.
Ideas para atajar este problema
Erica Gunn, CMO en Canto, una empresa que ofrece herramientas de organización digital, dice que el trabajo en remoto puso de manifiesto "la escasa reflexión estratégica que históricamente han hecho las empresas sobre cómo se realiza el trabajo, cómo se organiza, cómo se diseña y cómo se ejecuta", más allá de tener una serie de objetivos empresariales.
Un fallo que la profesional ve es que, mientras las empresas hablan de compromiso, concentración o productividad, les ha faltado analizar si la gestión de una empresa está optimizada para adaptarse a la forma de trabajar de su equipo, si una empresa cuenta con las herramientas, el tiempo y la red de colaboradores adecuados para que los trabajadores puedan realizar las tareas que se les piden.
Las empresas que optan por mantener el teletrabajo no tienen que centrarlo en el discurso que hace unos días puso sobre la mesa el CEO de Microsoft sobre cómo saber si un empleado es productivo, si no lo estamos viendo, sino que la empresa debe plantearse si su equipo tiene lo que necesita para llevar a cabo el trabajo remoto de forma eficiente.
Hay que recordar que el último Índice de Tendencias Laborales de Microsoft encuestó a 20.000 empleados de empresas de todo el mundo y demostró que el 87% consideraba que era tan productivo en casa -si no más- que en la oficina. Pero sus jefes no están de acuerdo: solo el 12% de los directivos dijo que confía plenamente en que su equipo es tan productivo cuando trabaja a distancia como cuando está en la oficina.
El mismo CEO de Microsoft, Satya Nadella dijo que "tenemos que superar lo que describimos como 'paranoia de la productividad'", hablando del que el desajuste en los datos de la encuesta entre trabajadores y directivos y en cómo muestra una "desconexión real en cuanto a las expectativas y lo que uno siente".
La importancia de reforzar la confianza
Al menos Nadella dejó claro que hay un tipo de herramienta que no es la respuesta adecuada a la paranoia de la productividad: el software espía. Medir las pulsaciones del teclado o los clics del ratón no mide los resultados. Lo que los directivos deberían preguntarse, de acuerdo con la experta de Canto no es si pueden ver al trabajador, sino centrarse en el impacto de su trabajo. "Dar a las personas las herramientas adecuadas para que tengan un impacto en su trabajo es la base de la confianza mutua".
De todos modos, el estudio de Microsoft no muestra datos aislados. Tenemos otro ejemplo reciente de la paranoia de la productividad: un nuevo informe de Citrix basado en una encuesta mundial realizada a 900 líderes empresariales y 1.800 trabajadores que hacen sus tareas en remoto, concluye que la mitad de los líderes empresariales creen que cuando los empleados trabajan "fuera de la vista", no trabajan tan duro.
Además, el 48% de los líderes empresariales instaló software de monitorización en los ordenadores de sus empleados para comprobar su trabajo. No es de extrañar que sólo el 49% de los empleados diga que confía en su empresa.
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