Durante los últimos años, el consumo de Internet ha crecido exponencialmente. Esto es lógico, pues muchos más servicios de diferentes sectores dependen de las conexiones en red. Debido a esto, la infraestructura de redes para satisfacer la demanda requiere un coste mucho mayor si se quiere hacer frente al consumo de ancho de banda actual. La Comisión Europea y las Big Tech llevan un buen tiempo debatiendo acerca de si éstas últimas deberían afrontar también parte de esos costes, una idea que parece no entrar en los planes de las tecnológicas.
Quizás uno de los servicios que más consumo ha generado en tráfico de red son las plataformas que ofrecen contenido en streaming. A día de hoy, servicios como YouTube, Netflix y compañía han revolucionado la forma en la que vemos contenido. Obviamente han traído muchas ventajas y comodidad al usuario, aunque también han hecho que el tráfico de red crezca a niveles desmesurados. Y claro, ante todos los costes que genera este consumo, las telecos consideran que estas plataformas también deben hacerse responsables.
Una guerra entre las Big Tech y telecos que no avanza
Desde la Comisión Europea llevan tiempo forcejeando con las grandes tecnológicas para considerar establecer una "tasa" por el tráfico de red que generan sus plataformas. Para la UE, los intereses de las empresas europeas de telecomunicaciones, que reclaman desde hace tiempo una especie de tasa por consumo de datos, parecen estar en primer plano. Compañías tales como Google, Facebook o Netflix ocupan una gran parte del tráfico de red, y por tanto desde la Unión Europea desean que las empresas de este mercado contribuyan al crecimiento de las infraestructuras.
Hace más de dos años las 13 principales telecos en Europa (entre ellas Telefónica, Vodafone y Orange) solicitaron por carta a la Comisión Europea que las grandes tecnológicas sufragaran parte de los costes de su infraestructura de red. Hasta hace unos meses no se debatió seriamente la propuesta, y si bien la Comisión Europea aún no ha tomado cartas en el asunto, ya se están comenzando a estudiar medidas y su inclinación es clara.
La Comisión Europea ya aseguraba que su deseo es el de que "todas las partes que se beneficien de la transformación digital contribuyan de manera equitativa a las inversiones", aunque también considera que se trata de "una cuestión compleja que requiere un análisis exhaustivo de los hechos y cifras subyacentes". Aunque la posición de Europa partía desde una posición neutral, en varias ocasiones ya han dejado entrever que la visión de su debate está más cercana a las exigencias de las operadoras.
De hecho, España es uno de los países en los que más se está pujando por hacer pagar a las Big Tech. Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos, defendía la "igualdad de condiciones", apostando porque compañías como Google o Amazon contribuyan con la "parte justa". Además, otros organismos como la GSMA ya advertían acerca del gran crecimiento del consumo de redes, apuntando que más de la mitad del tráfico de Internet está generado únicamente por seis compañías.
La Comisión Europea tendrá hasta el próximo 19 de mayo para recoger las opiniones y el feedback de todos los implicados para posteriormente estudiar las medidas pertinentes y arrojar algo de luz ante hacia qué lado se postulará la legislación.
Los argumentos de las tecnológicas para no sufragar los costes de infraestructuras
Estudiando algunas de las posturas de las principales compañías que tanto volumen de datos generan, quizá la que más haya hablado sin tapujos del tema y sirva de ejemplo para condensar la opinión general en torno a todas las grandes tecnológicas haya sido Netflix. Y es que la empresa tiene clara su postura, alegando incluso que podrían argumentar que los operadores deberían ser los que "tendrían que compensarles" por utilizar su contenido.
Durante el Mobile World Congress, Greg Peters, co-CEO de Netflix, afirmaba que la compañía ya había invertido más de 60.000 millones de dólares durante los últimos 5 años. Según la compañía, a nivel de infraestructura ya invierten unos 1.000 millones de dólares en Open Connect, su red de 18.000 servidores para entrega de contenido que ofrece gratis a las operadoras. Además, ya explicaban que desde 2015 a 2020 ya redujeron a la mitad el bitrate por medio de sus técnicas de compresión y ganando así en eficiencia.
Netflix repite lo que compañías como Google ya han reiterado por diestro y siniestro. Y es que si bien el tráfico de red ha aumentado en un 30% cada año, el coste de la red se ha mantenido estable. De este modo defienden que tener que sufragar parte de los costes en infraestructuras de red tendría un efecto negativo en torno a que reducirían la inversión de su contenido, "perjudicando a la comunidad creativa", y "perjudicando también el atractivo de los paquetes de banda ancha de mayor precio". Netflix asegura que tomar este camino "perjudicaría también en última instancia a los consumidores".
Este último detalle es un tema bastante clave, pues si las grandes tecnológicas tuviesen que afrontar parte de los costes de esas infraestructuras, es posible que las empresas ahorren estos costes en base a aumentar el precio de su oferta al consumidor, haciendo que tengamos que pagar más en un mercado en el que podría reducir la competencia debido al supuesto en el que muchas empresas abandonen el barco por tal de ahorrar costes en Europa. Así lo alegaba la Federación Alemana de Organizaciones de Consumidores (VZBV), donde el organismo señalaba que, si las medidas se acaban implementando "Los consumidores pagarían el doble por la infraestructura de banda ancha".
Para Google, las palabras resuenan prácticamente de la misma forma en la que lo han hecho las de Netflix. Y es que el pasado año ya admitían haber invertido unos 24.000 millones de dólares en infraestructura solo en 2021. "Nadie contrataría la banda ancha sin los proveedores de contenidos. Todos nos necesitamos los unos a los otros", comentaban al medio Europa Press fuentes de la compañía.
Si bien el comisario Thierry Breton ya afirmaba que "la decisión no debe ser binaria entre las Big Tech y las telecos", parece que de momento las cartas entre ambos bandos están diametralmente opuestas.
Imagen | Jordan Harrison
En Genbeta | Las grandes tecnológicas y sus despidos masivos se enfrentan a un gran enemigo: la legislación Europea
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