Tras meses de disputas y negociaciones fallidas, Spotify y la discográfica más grande del mundo llegan a un acuerdo que allana el camino de la compañía hacia la salida a bolsa.
El contrato con Universal Music Group, que cuenta en su cartera de artistas con estrellas como Ariana Grande, Drake o U2, tendrá un carácter global y se extenderá durante varios años. Gracias a él, despeja las posibles dudas de los inversores sobre el futuro de una compañía ahogada por el pago de regalías a las discográficas pese a su constante crecimiento en ingresos.
Un acuerdo contrario a los principios de Spotify
Este acuerdo no llega sin compromisos para ambas partes: Universal ha aceptado rebajar las regalías que debe pagar Spotify, pero sólo si es capaz de incrementar su base de usuarios de pago y aceptar que ciertos trabajos solo estén disponibles para ellos durante las dos primeras semanas desde su lanzamiento.
Esta cesión por parte de Spotify, contraria a sus declarados principios en el pasado, elimina el mayor escollo para convertirse en una compañía pública. El líder en distribución de música cuenta con 50 millones de suscriptores de pago y otros 50 millones que consumen sus contenidos a cambio de publicidad. Pero sin acuerdos con las principales discográficas que garanticen un gran catálogo y unas tasas menores, el gigante del streaming de música tendría muy difícil atraer a los inversores en la bolsa.
La compañía fundada por Daniel Ek tiene que asegurar poder trasladar su rápido crecimiento de usuarios en un negocio que de ganancias. Valorada en 8.500 millones de dólares, perdió 173 millones de euros pese a un gran crecimiento de ingresos hasta los 1.950 millones de euros debido a que las regalías le costaron 1.630 millones de euros.
Universal rebajará las tasas al 52% desde el 55%, según las fuentes cercanas al acuerdo consultadas por el New York Times.
Spotify necesita a los tres grandes sellos (Universal, Sony y Warner) para asegurar su futuro. Y las discográficas necesitan a más suscriptores de pago, que son los que aportan unos ingresos saludables por escucha.
“Es el streaming de pago lo que está conduciendo la resurrección de la industria musical, no el streaming a cambio de la escucha de publicidad, y por eso las discográficas hacen todo lo que tienen en sus manos para que se adopte este modelo”, dice Jan Dawson, analista de Jackdaw Research. “Como Spotify cuenta con una gran cantidad de usuarios que pagan y que no pagan, es normal que los sellos quieran hacer que Spotify ofrezca más incentivos para diferenciar su oferta a suscriptores”.
El crecimiento de Spotify es un rayo de luz al final del túnel para la industrial musical. Los ingresos de Universal crecieron un 2,9% debido al desempeño de las plataformas de streaming al ingresar un 57,9% más y suplir con creces la caída constante de la venta digital en plataformas como iTunes de Apple y la venta de CDs.
Las discográficas ingresarán menos por canción escuchada, pero asegurarán el crecimiento de suscriptores de pago de Spotify y su salida a bolsa. Algo que también les beneficia, ya que Sony tiene el 5,8% de la compañía, Warner el 3,8% y Universal Music el 4.8%.
Daniel Ek siempre ha tenido una mentalidad más alineada con la filosofía de Silicon Valley: crecer y escalar a través de servicios mediante una enorme base de usuarios que acceden al servicio de forma gratuita.
“Nuestro servicio gratuito fomenta nuestro servicio de pago”, escribió en respuesta a Taylor Swift, que dijo no querer dejar el trabajo de su vida en manos de un “experimento”. Ahora asegura que “no todos los álbumes de todos los artistas deberían ser lanzados de la misma forma”.
Ek es consciente de que necesita realizar concesiones si quiere asegurar la salida a bolsa de Spotify y su futuro.
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