Eso, y qué pasará con el cofundador de la compañía que votó para despedirle, y con la directiva que nombraron como sucesora tras su partida
Ya sabíamos, tras el culebrón experimentado por OpenAI en estas dos últimas semanas, que Sam Altman volvería a ocupar el puesto de CEO. Sin embargo, hasta hoy mismo ese hecho no se había oficializado, como tampoco lo han hecho los anunciados cambios en la famosa junta supervisora de la compañía.
Pero ahora que todo eso está confirmado y sellado, han salido a la luz algunas otras novedades en torno al futuro de la compañía líder en IA.
La nueva junta
OpenAI tiene una estructura organizativa única que la distingue de la mayoría de las otras empresas tecnológicas. Consiste en dos entidades: OpenAI, Inc., una fundación sin fines de lucro que, con el 51% de sus acciones, supervisa la labor de OpenAI LP, una subsidiaria con fines de lucro que puede recaudar capital al estilo del resto de compañías de Silicon Valley.
La junta que despidió a Altman es un órgano de la primera de las dos entidades. Sin embargo, las negociaciones para el retorno del CEO condujeron a la dimisión de la mayoría de esos supervisores, lo que deja claro que su labor de supervisión se ha visto influenciada por el supervisado.
Así, la nueva junta directiva está compuesta, por ahora, por tres miembros: Bret Taylor, presidente de la junta y director de operaciones de Salesforce; Larry Summers, exsecretario del Tesoro de EE. UU. y profesor de Harvard University; y Adam D'Angelo, cofundador y CEO de Quora (una empresa que está desarrollando su propio chatbot), único superviviente de la junta anterior.
Taylor, que ha remitido su propio memorando a la plantilla de la compañía, ha expresado su compromiso de ayudar a OpenAI a reclutar una "junta calificada y diversa de individuos excepcionales cuya experiencia colectiva represente la amplitud de la misión de OpenAI".
Y es que, aunque los tres miembros actuales representan un 'consenso de mínimos' que permitió reconducir la situación de OpenAI, en realidad sólo cubren una minoría de los puestos disponibles de la junta, por lo que habrá nuevas incorporaciones.
Y una vez éstas se realicen, el propio Bret Taylor ya ha anunciado que causará baja en este órgano:
"Como he comunicado a mis colegas de la junta, cuando se hayan completado estas tareas de transición, tengo la intención de alejarme y dejar la supervisión de OpenAI en sus manos".
Microsoft, sin derecho a voto, pero sí a información de primera mano
Sin embargo, el más interesante de los cambios anunciados en la junta quizá sea la incorporación de un puesto aparentemente simbólico, un "observador sin derecho a voto" que actuará como representante de Microsoft. Recordemos que Microsoft es la compañía que anunció el fichaje de Altman tras su despido, y la disposición a contratar a todos los empleados de OpenAI que quisiera seguirle…
…de tal forma que estuvo a punto de canibalizar a una compañía de la que es el principal inversor y de la que posee el 49% de sus acciones. Ahora, este puesto de observador evitará que Microsoft vuelva a enterarse de cosas como el despido de un CEO después de que se haya aprobado, dándole así la oportunidad de maniobrar y presionar indirectamente, aun careciendo de derecho a voto.
Qué pasa con los ¿traidores?
Una de las grandes dudas de todo lo ocurrido últimamente en OpenAI es el papel jugado por su cofundador y jefe científico, Ilya Sutskever, quien formaba parte de la junta y votó a favor del despido de Altman… sólo para que unos días después pidiese perdón por sus acciones en Twitter y se convirtiera en uno de los primeros firmantes de la carta abierta de empleados de la compañía que exigían el retorno de Altman y la dimisión de la junta.
La pregunta ahora es… ¿qué va a pasar con Sutskever, el 'judas arrepentido' de OpenAI? Esto es lo que afirma el propio Altman:
"Quiero y respeto a Ilya, creo que es una luz que guía a nuestro sector y una joya de ser humano. No tengo ninguna mala voluntad hacia él. Si bien Ilya ya no formará parte de la junta, esperamos continuar nuestra relación de trabajo y estamos discutiendo cómo puede continuar su trabajo en OpenAI".
Mira Murati, quien fue nombrada sucesora interina de Altman tras su despido, y sustituida por la junta tan sólo dos días después (por otro CEO también interino, el fundador de Twitch), se reincorporará a su puesto anterior como CTO (directora de tecnología) de OpenAI. Ella también figuraba como firmante (la primera, de hecho) de la famosa carta abierta.
Temas sobre la mesa
La nueva junta tendrá sobre la mesa, entre otras muchas tareas pendientes, gestionar los informes de que OpenAI habría dado un paso de gigante en su meta hacia la creación de la AGI pocos días antes del despido de Altman, con la creación del misterioso modelo de IA llamado Q*.
Igualmente, deberá aclarar una pregunta fundamental aún sin respuesta: ¿por qué la antigua junta decidió que era una prioridad tan urgente remover a Altman, aparentemente un líder popular en la industria y querido por sus empleados? ¿En qué no fue "constantemente sincero" Altman con la antigua junta, como afirmaba, sin más detalles, el comunicado de su despido?
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