El pasado lunes nos enteramos de que Elon Musk se había convertido en el mayor accionista de Twitter… pero también que en realidad ya llevaba siéndolo desde hacía varios días, a la luz de los documentos que presentó ante la Comisión de Bolsa y Valores (la SEC) estadounidense.
Ahora, además, descubrimos que esa tardanza en desvelar su posición real en el accionariado de Twitter ha violado las leyes estadounidenses y podría traducirse ahora —en el peor de los casos— en una multa de 156 millones de dólares para el magnate sudafricano, según ha desvelado el Washington Post, haciéndose eco de la opinión de "media docena de expertos legales y bursátiles".
Esto se debe a que desde los años 70 existe una ley que obliga a los inversores a dar aviso a la SEC cuando superen una participación del 5% en una empresa cotizada. Musk, que no compró todas sus acciones de golpe, sino progresivamente a lo largo de varias semanas, alcanzó ese punto de referencia el 14 de marzo, según los documentos…
…y, hasta el momento en que decidió hacer pública esa adquisición de acciones, siguió comprando más durante tres semanas, a un precio de alrededor de 39 dólares/acción, hasta casi duplicar su porción de la tarta de Twitter.
¿En qué estaba pensando Musk?
Alejandro Nieto, nuestro compañero experto en temas financieros, nos decía el martes que si Musk pretendía seguir aumentando su porcentaje de las acciones "tendrá que pagarlo", en el sentido de que es inevitable que el precio de las mismas suba porque "si algo interesa a alguien, pasa a valer más".
De hecho, el anuncio del movimiento de Musk ya ha provocado una revalorización del 30% de las acciones de Twitter, que se sitúan ahora por encima de los 50 dólares… una subida que, de haber anunciado Musk varios días antes qué estaba haciendo, habrían afectado a su compra de acciones, provocando que hacerse con el 9,2% de Twitter afectara mucho más a su bolsillo.
En realidad, esa tardanza le evitó unas pérdidas de 156 millones de dólares, según una estimación de David Kass, profesor de finanzas en la escuela de negocios de la Universidad de Maryland.
"Realmente no sé en qué estaba pensando. ¿Era ignorante o totalmente consciente de que estaba violando la ley? Quienquiera que estuviera manejando sus transacciones debería haberlo sabido".
Otros expertos contestan a Kass: aunque la cantidad que se ha ahorrado desembolsar sea millonaria, es probable que la multa que le imponga la SEC sea de sólo unos cientos de miles de dólares, de modo que la jugada le saldría rentable… aunque también existe la posibilidad teórica de que le termine obligando a renunciar a esa ganancia por la diferencia en la valoración de las acciones.
Una "posibilidad remota", según Adam Pritchard, profesor de derecho en la Universidad de Michigan. "La SEC tendría que estar realmente cabreada con él para intentar eso porque es bastante posible que un tribunal termine rechazando esa sanción", dijo.
Aunque también es cierto que el actual presidente de la SEC, Gary Gensler, no se ha caracterizado quitar importancia a esas reglas sobre la divulgación de acciones, más bien lo contrario: ha llegado a proponer nuevas reglas que incluso reduzcan el tiempo disponible (de diez días a cinco) para revelar las compras de acciones tras superar el umbral del 5%.
Y también es cierto que Musk cuenta con un largo historial de encontronazos con la SEC, que le han conducido a sufrir dos demandas de la misma (una por fraude, y otra por desacato), que a su vez se tradujeron en su dimisión como presidente de Tesla, en el pago de una multa de 20 millones de dólares y en la aceptación de una serie de 'condiciones de uso' sobre cómo usaba su cuenta de Twitter. De modo que es posible que la SEC no se sienta especialmente misericordiosa hacia Musk.
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