Los smartphones que cuenten con Android 2.3.7 Gingerbread o inferior, no pueden iniciar sesión en la cuenta de Google desde ayer día 27. Se trata de una versión lanzada el 21 de septiembre de 2011, justo hace 10 años, por lo que no debería ser un gran drama para muchos usuarios.
Google hace dos años que no da datos públicos de uso de versiones de Android, pero el de Ginberbread a día de hoy es totalmente anecdótico, pues de Android 4.1 Jelly Bean, una versión superior y mucho más compatible, la compañía dijo en julio que contaba con menos de un 1% de cuota.
La nueva limitación implica que todo lo que tenga que ver con la cuenta de Google ya no puede utilizarse en móviles antiguos. Hablamos de no poder usar las aplicaciones de Gmail, YouTube o Maps, y que todo quede relegado, si los navegadores antiguos lo permiten, a su uso vía web. Es justo lo que recomienda la compañía en su comunicado de fin de soporte.
No es algo que se programara, pero sí se le ha puesto fecha de caducidad a viejos dispositivos
Por muy pocos terminales que haya en funcionamiento a día de hoy con Android 2.3.7 o anteriores, la realidad es que esta medida de Google de impedirles iniciar sesión en sus servicios y por tanto usarlos, al final es como imponerles fecha de caducidad. No es obsolescencia programada porque no se han programado para fallar o para ir más lento. Pero esta era deja inservibles a los dispositivos cuando los servicios de los que dependen dejan de darles soporte.
No ha sido un soporte que se pueda considerar corto, porque son más de 10 años si contamos las versiones anteriores. Sin embargo, choca de lleno con lo que ha sido la informática tradicional, en la que a día de hoy, incluso sin soporte, puedes usar un ordenador muy anterior a 2009 con Windows 7, lanzado ese mismo año. Y todo ello, contando con el navegador actualizado a la última versión (Microsoft Edge y otros Chromium) y pudiendo acceder a las mismas webs y servicios online que los más modernos.
Repasando, por ejemplo, la lista de compatibilidad de servicios de iCloud de Apple, aunque de momento sigue permitiendo utilizar Calendarios, Contactos y Mail en iOS 5 (de 2011), así como la app 'Buscar mi [dispositivo]', la realidad es que tampoco puedes hacer mucho en las versiones anteriores a esa. Es menos dramático, porque un iPhone 3GS lanzado en 2009 tiene soporte hasta iOS 6, pero igualmente se da el caso de que tienes que dejar de usar servicios de los que dependes mucho.
En la informática traidicional, la ventaja era que no se dependía tanto de servicios en la nube, así que aunque los programas o el sistema se quedaran sin soporte, casi todo podía seguir funcionando igual, y si no, se reinstalaba. Ahora, el problema no es tanto perder compatibilidad, sino dejar de poder acceder a servicios si ocurre algo como esta decisión de Google o si reinstalas el sistema operativo, pues probablemente no puedas conseguir muchas de las aplicaciones antiguas.
En la App Store de macOS, Apple en principio permite instalar aplicaciones antiguas si la última versión no es compatible con la versión del sistema que tienes instalado. Sin embargo, esto no funciona bien en muchos casos. Así, si desinstalas un programa o formateas el ordenador, te puedes quedar para siempre sin un software que funcionaba perfectamente en una máquina antigua, y que le haría estar muy viva a día de hoy.
Es justo lo que pasó en el confinamiento a un familiar intentando acceder a Microsoft Remote Desktop. La versión antigua no se podía descargar ni por la App Store ni en Internet. Tuvo que utilizar otro equipo porque el soporte a lo antiguo no es bueno, ni siquiera cuando se intenta. Es algo que desde hace años se temía en las tiendas de videojuegos, pero que ya ha llegado a smartphones y a ordenadores. Adiós a poder usar un sistema operativo dentro de 30 años. Podrás, pero sin ningún uso práctico, si como en Android, dependes tanto de los servicios de Google.
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