"Depender de las métricas de seguimiento de los empleados puede generar culturas de presentismo, en las que parecer ocupado es más importante que el trabajo bien hecho"
Jim Ratcliffe, el nuevo inversor del equipo de fútbol Manchester United, ha prohibido trabajar desde casa y ordenado a todos los empleados que trabajen en la oficina. Dice el hombre que las cifras de tráfico de correo electrónico caen cuando la gente teletrabaja en comparación con los correos que se responden desde la oficina.
Ratcliffe informó a aproximadamente 1.000 empleados durante una reunión de todo el personal que el tráfico de correo electrónico había disminuido en un 20% cuando una de sus empresas experimentó con el "trabajo desde casa los viernes".
Además, el hombre considera que tener a todos los empleados juntos en la oficina aumentaría la productividad, fortalecería la unidad y fomentaría la colaboración. Otra de sus afirmaciones en la reunión es que "si no os gusta, buscad un empleo alternativo".
Deberían mirar los resultados finales
Todo esto teniendo en cuenta que, según fuentes internas de la empresa, no hay suficiente espacio en las instalaciones del club en Manchester o Londres para acomodar a todos.
Frente a esto, desde People Management, una revista especializada en recursos humanos, han preguntado a expertos sobre cómo las empresas deberían medir con precisión la productividad y si el número de mails que envíamos al día quiere decir algo. Entre otros, Ben Stocken, director ejecutivo de West Peak, ha afirmado que "demasiados líderes confunden productividad con “estar ocupado” y que utilizar la cantidad de correos electrónicos enviados como medida del trabajo efectivo es 'una tontería'".
Frente a esto afirma que "los líderes deben centrarse en el resultado empresarial final que intentan lograr. A juzgar por el desempeño del Manchester United en el campo esta temporada, es difícil ver cómo esto podría mejorarse si los trabajadores enviaran más correos electrónicos”.
Por su parte, Molly Johnson-Jones, directora ejecutiva y fundadora de Flexa, afirma que "una caída en el número de correos electrónicos ciertamente no confirma una caída en la productividad". Hay una multitud de razones por las que el personal podría enviar menos correos electrónicos los viernes, dice: “por ejemplo, es posible que el personal haya dedicado su tiempo de trabajo remoto a proyectos que requieren un enfoque más profundo, ahorrando tareas administrativas como enviar correos electrónicos para los días en la oficina, cuando suele haber más distracciones".
Para esta experta, “los empleadores que dependen de medidas de productividad defectuosas, como la salida de correos electrónicos, sólo se enteran de la mitad de la historia. Además, depender de las métricas de seguimiento de los empleados puede generar culturas de presentismo, en las que parecer ocupado es más importante que el trabajo bien hecho".
Johnson-Jones afirma que la demanda de Ratcliffe de regresar a la oficina es parte de una tendencia hacia un “enfoque de arriba hacia abajo, impulsado por la falta de confianza y comunicación entre el personal y la alta dirección”.
Imagen | Foto de Alessio Festa en Unsplash
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