La Unión Europea no está demasiado contenta con Google. En 2010 iniciaba una investigación por posible monopolio en el mercado de buscadores, y aunque en febrero se anunciaba un principio de acuerdo, hoy Joaquín Almunia ha anunciado que la Comisión Europea rechaza ese acuerdo.
La razón son las quejas de los demandantes, entre los que está Microsoft, que explicaban que la propuesta de Google no era suficiente y que no serviría para redirigir tráfico a sus competidores. Google tiene que modificar su propuesta para mitigar su posición dominante y permitir a la competencia llegar a los usuarios.
Si no logra convencer a la Comisión, Google, que fue notificado de esta decisión a principios de mes, se puede enfrentar a multas millonarias por abuso de posición, y probablemente sería obligado a retirar muchos de esos servicios extra (Maps o Shopping, por ejemplo) integrados en la página de resultados del buscador. Todavía no han respondido públicamente a las declaraciones de la Unión Europea, pero parece que llegar a un nuevo acuerdo será difícil.
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