La infame ley Sinde-Wert ha dejado de ser una polémica que pesaba de forma incierta en nuestro futuro, para convertirse en una realidad que ya tiene aplicación práctica en los juzgados. El encargado de su estreno ha sido el músico Eme Navarro, que esta mañana ha presentado ya la primera denuncia pero con el objetivo de demostrar su ineficacia.
Este miembro de la SGAE ha denunciado a las 250 páginas que se agruparon bajo el nombre Wert de enlaces, como medida de protesta y desobediencia ante esta medida legislativa impulsada por los dos últimos gobiernos españoles bajo presiones venidas del otro lado del Atlántico. De su tramitación y ejecución, así como del resto de denuncias que vayan llegando en los próximos días, se encargará la Sección Segunda de la Comisión de la Propiedad Intelectual, presidida por María Teresa Lizaranzu, la nueva directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro.
A pesar de que el Tribunal Supremo ha admitido a trámite la impugnación de esta ley, así como el posterior recurso contencioso-administrativo también aceptado, vemos que el plan sigue adelante. Según las estimaciones, se estima que durante los próximos días se presenten unas cuarenta denuncias desde distintos frentes.
La cosa irá rápida, pues se espera que los primeros cierres comiencen a producirse a finales de marzo. La maquinaria está lista para poder llevar a cabo el proceso completo en plazos de entre 20 días y tres meses; las garantías judiciales que puedan quedar en entredicho durante el mismo no parecen ser muy relevantes para sus promotores.
Como medida para satisfacer a ciertos lobbys, es obvio que la ley Sinde-Wert va a cumplir su papel y seguro que en las próximas semanas nos veremos obligados a comentar el cierre de algunas páginas. No obstante, pensar que esto va a suponer un freno para la distribución de contenidos protegidos o intentar compararlo con el proceso contra Megaupload es sencillamente ridículo.
Vía | Nación Red, Hacktivistas, El País
Imagen | @isaachacksimov
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