La sujeta con delicadeza entre sus regordetes dedos y admira el contorno de su medida figura, empuja los brazos de plástico y tantea el logrado cinturón, buscando la hebilla. La presiona y el dulzor de unas palabras infantiles llena el ambiente y prepara la conversación.
Si bien Mattel lo ha dispuesto todo para que su nueva Hello Barbie, al más puro estilo Siri, se convierta en uno de los juguetes estrella de las navidades, parece que la política de privacidad de la susodicha muñeca suscita ciertas dudas entre los expertos. Te contamos por qué.
Cómo funciona Hello Barbie
Así y como apuntábamos en los párrafos previos, Hello Barbie integra un modo de escucha basado en la nube que se activa al pulsar sobre el citado accesorio; un botón que permite, a partir de entonces, que todo lo que diga el niño se transmita a unos servidores ubicados en la nube y que sea analizado por ToyTalk, el socio con el que se ha aliado Mattel para alumbrar este smart toy
El modelo, que integra WiFi y software de reconocimiento de voz, de esta manera, es capaz de interactuar con su pequeño dueño. Además, cuenta con un sistema de aprendizaje automático que le brinda la posibilidad de entablar conversaciones cada vez más reales.
No obstante sus virtudes, parece que el juguete llevaría aparejados algunos problemas de seguridad. Para empezar, el hecho de que los empleados de ToyTalk y sus socios tengan la posibilidad de escuchar las conversaciones que mantienen los benjamines de la casa ya dispara las alarmas.
Lo peor, sin embargo son algunas de las especificaciones reflejadas en los términos y condiciones de privacidad, un documento en el que se indica que la información recabada será usada no solo para “proporcionar, mantener y analizar el funcionamiento del servicio y desarrollar y mejorar la tecnología de reconocimiento de voz y los algoritmos de inteligencia artificial” sino también “con otros fines de investigación y desarrollo”.
Una coletilla que, sin duda, chirría y plantea ciertos interrogantes acerca del uso (quizás con fines comerciales) que Mattel destinará a estos datos; una polémica que, por desgracia, no es el primer gadget de este tipo en presentar. De hecho, este mismo mayo, una patente de Google protagonizó un caso similar: un prototipo de peluche (en forma de oso y conejo) que podría conllevar inconvenientes similares.
Por otra parte y al margen del aprovechamiento comercial, no podemos dejar de mencionar las posibilidades que esta clase de juguetes inteligentes brindan a los ciberdelincuentes . Un problema añadido que My friend Cayla –muy fácil de hackear- ya ha experimentado con anterioridad.
Lo mismo sucede con aquellos que integran cámaras, altavoces y micrófonos y que también cargan estos datos en el cloud y que, por desgracia, nos hacen recordar a aquella escalofriante película infantil titulada Pequeños Guerreros, en la que una familia se convertía en el blanco de una suerte de agresivos madelmanes bélicos. ¿Y si estos estuvieran estado controlados por usuarios malintencionados?
Vía | The Next Web
En Genbeta | ¿Juguetería especializada o centro comercial? El dilema se traslada a Internet
En Xataka | Tenía que suceder, Barbie aprende a hablar para poder conversar con todas las niñas
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