Google Maps se ha convertido, con el tiempo, en una de esas aplicaciones de uso imprescindible para cualquiera que tenga un teléfono móvil y necesite ir a un lugar donde no haya estado antes. A todos nos ha salvado la papeleta en alguna ocasión, pero cuando nos llega información como esta es inevitable preguntarse si no estamos confiando demasiado en ella.
Nos referimos a un artículo recogido originalmente en The Next Web, según el cual una avalancha de turistas en Noruega han acabado yendo a un lugar alejado 30 kilómetros de donde querían ir originalmente. Todo esto gracias a la (hoy en día) muy habitual práctica de colocar una dirección en Google Maps y seguir sus indicaciones a pies juntillas.
El lugar que visitaron dichos turistas era un pueblecito noruego idílico, con un marco natural incomparable y un fantástico ambiente rural, aunque donde en realidad querían ir era a un lugar conocido como acantilados Preikestolen. Este lugar es una formación geológica en el oeste del país.
Los turistas intentaron encontrar una ruta para llegar allí, y un error en Google Maps los envió justo en la dirección contraria. Llegaron en masa al pueblo que ya hemos mencionado, sin entender mucho qué les decían los habitantes de la población cuando intentaban explicarles que se habían equivocado.
Según el medio, a los residentes del lugar al mismo tiempo les confundía y les divertía lo que les decían los turistas. Se entrevistó a los habitantes en el periódico noruego Stavanger Aftenblad, donde se recogieron las impresiones de uno de ellos:
Decían que iban a Preikestolen y no entendían nada. Google Maps les llevó a través del puente Lysefjord y hacia Fossmork [ndr.: el pueblo en cuestión]. El camino aquí es bastante estrecho y a veces se cabrean bastante cuando les decimos que vuelvan atrás... Es muy divertido. Hemos hablado con gente china y japonesa, e incluso había un americano que quería comprar una cabaña. Pensaba que este lugar era fantástico.
Esto es, al mismo tiempo, una muestra del poder de Google Maps y un recordatorio de que no debemos confiar ciegamente en lo que nos dice la tecnología. Está bien usar el GPS que la aplicación trae consigo, pero tampoco está de más recurrir a métodos más tradicionales (como mapas de carreteras en papel) para intentar asegurar que la ruta que vamos a seguir es la correcta.
Vía | The Next Web
En Genbeta | Sácale partido a Google Maps: 21 funciones para exprimirlo al máximo
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