El otoño de 2021 nos hacíamos eco de un gran fenómeno del mercado de las criptomonedas: Solana superaba a Dogecoin y su enorme crecimiento venía de la mano de un aliado clave, que eran los NFT. La moneda había disparado su valor en más de un 200% en un mes y es que los tokens no fungibles o NFT estaban en todo lo alto.
Ahora, finales de 2022, Solana está casi por los suelos. No solo la serie de escándalos que han acorralados las NFT (pérdidas enormes de valor, fáciles robos de estos activos o compras estafa) le ha afectado.
También en agosto se supo de un ciberataque a la criptomoneda Solana, dirigido a miles de criptocarteras, y que hace afectó negativamente a su valor.
FTX y su nueva víctima
En todo 2022, Solana ha caído en casi un 95%, destacando el fuerte desplome del 10.36% el miércoles de esta semana. Esta criptomoneda había sido elogiada por el fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, ambos caídos en desgracia.
Bankman-Fried, que se espera que se declare culpable la próxima semana de los cargos penales por estafar a inversores y saquear miles de millones de dólares en fondos de clientes en FTX, elogió con frecuencia a Solana. FTX y Alameda, la empresa comercial de Bankman-Fried, tenían tokens de Solana en sus balances.
Aunque Solana no tiene relación directa con FTX, y tenía una exposición limitada a esta plataforma, su asociación con Bankman-Fried ha sido un lastre para este año terrible para la moneda.
Steve Sosnick, estratega jefe de Interactive Brokers, ha recordado a Reuters que "el problema general de las criptomonedas es que su falta de valor intrínseco significa que los valores se basan en la confianza y la utilidad percibida". Si la confianza sufre, también lo hace su valor. Hay que recordar que incluso a Binance se le ha puesto cara de banco con este suceso y tras el colapso de FTX está defendiendo que es necesario regular las criptomonedas
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