A pesar de que Facebook es una plataforma a través de la cual solemos compartir toda clase de contenidos desde nuestras vacaciones hasta un ascenso laboral, lo cierto es que en ella tendemos a dar a conocer a nuestros conocidos aquello que nos hace felices, y que abarca desde momentos con amigos hasta otras escenas familiares más íntimas.
Un contexto en el que no faltan las fotografías de bebés que, si bien algunos padres se muestran reacios a publicar, recelosos de la seguridad de la red social, otros no dudan en hacer todo lo contrario, bombardeando a sus contactos con cientos de imágenes de su pequeño retoño. Pero cuidado, porque esta práctica podría desembocar en una auténtica vorágine legal; al menos en Francia. Expliquémonos.
¿Se acerca un parricidio legal?
De esta manera, las autoridades del país francés han advertido, precisamente, de esta posibilidad pues, según indica el periódico The Guardian, los niños tendrían la opción de demandar a sus padres por divulgar sus fotos en redes sociales sin su permiso. Los progenitores, de hacerlo, se enfrentarían a penas de hasta un año de prisión y a 45 mil euros de multa. Un hecho que avalan las actuales leyes francesas sobre privacidad.
Una realidad que, ciertamente, da que pensar, especialmente si tenemos en cuenta que ya en 2015 y según un estudio publicado por la compañía Nominet puso de manifiesto que, solo en el Reino Unido, los padres publicaban cerca de 200 fotografías al año de menores de cinco años, lo que significaba que cada uno de estos niños contará con alrededor de mil fotos online antes de alcanzar la citada edad.
Las capturas, así, les muestran, desde gateando, hasta usando el orinal por primera vez. Una postura que, probablemente, podría avergonzar a algunos cuando crezcan. En todo caso y según los expertos, todavía resulta complicado saber cómo evolucionará la cuestión, pues las redes sociales todavía son relativamente jóvenes, aunque ya existen algunas preocupaciones en torno a la seguridad.
La profesora Nicola Whitton, de la Universidad Metropolitana de Manchester, por otra parte, cree que “vamos a tener una reacción violenta en los próximos aoñs de los jóvenes que lleguen a darse cuenta de que toda su vida, desde el día en que nacieron, ha estado a disposición de los medios de comunicación social”. Algo que ya vienen plasmando las últimas investigaciones –como la de la Universidad de Michigan, que concluyó que los niños entre los 10 y 17 años empezaban a estar realmente preocupados sobre la manera en que sus padres compartían su vida en las redes sociales.
Algo que no nos extraña, especialmente si valoramos que hasta el 17% de estos padres nunca se han molestado en cambiar su configuración de privacidad. En todo caso y para concluir, no podemos más que indicar que, si bien compartir fotos de los más pequeños en las redes sociales no es intrínsecamente malo –pueden ayudar a reforzar determinados vínculos con amigos o familiares que se encuentren lejos-, lo cierto es que no deberían perderse de vista ciertas cuestiones y velar siempre por los intereses del menor, ahora y en el futuro.
Vía | The Guardian
Imágenes | Pixabay
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