Todavía no ha pasado un mes desde que Facebook y Google anunciaran que estaban trabajando en el bloqueo automático de los contenidos extremistas. Un asunto que saltó a la palestra informativa y que llevó a preguntarse a expertos y usuarios cuáles serían los parámetros que determinarían esta “censura”. El sistema, que operaría como el que permite retirar el que posee derechos de autor, se planteó como una forma de ambas entidades contra el radicalismo.
Una propuesta que no es única en su especie, pues hoy mismo el medio especializado The Verge ha dado a conocer que estas compañías, junto con Twitter han participado en varios experimentos online para medir la efectividad de las campañas contra la propaganda de este tipo de grupos. Unas iniciativas cuyos resultados acaban de desvelarse en un nuevo estudio.
La lucha contra el radicalismo
Antes de comentarlos, sin embargo, resulta imprescindible explicar de qué tipo de lucha estamos hablando, es decir, en qué consisten exactamente los experimentos llevados a cabo. Una información que hace unos días reveló el Wall Street Journal y que puso de manifiesto cómo la red de Zuckerberg hizo que aquellos que emplearan términos como sharia y muyahidines en su plataforma empezaran a ver una serie de vídeos en su canal de noticias.
Se trataba de dibujos animados en los que aparecían armas de fuego, la bandera del Estado Islámico y varios mensajes como “no se confunda con lo que dicen los extremistas que se debe rechazar el nuevo mundo”. Unas reproducciones que forman parte de los tres experimentos financiados por Alphabet con la ayuda de Facebook y Twitter, y que exploran, como decíamos y en términos generales, cómo utilizar la ”maquinaria de la publicidad online” para contrarrestar la creciente ola de propaganda extremista en Internet.
Volviendo a los resultados y al documento, este ha sido desarrollado por el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD por sus siglas en inglés) y finalmente sugiere que tales esfuerzos podrían ser efectivos a la hora de llegar al público susceptible de sentir interés por este tipo de tendencias y conducir sus conversaciones, aunque no se ha demostrado que puedan disuadirles por completo.
De esta manera y después de tres semanas, los vídeos –se lanzaron un total de 15- han cosechado un total de 378 mil visitas en Facebook, Twitter y YouTube y más de 20 mil engadgements; una métrica que incluye likes, acciones, comentarios y retuits. Además, los investigadores han encontrado que las campañas provocaron debates con éxito, generando un total de 484 comentarios en las tres plataformas.
El hecho de que alguien sienta la necesidad de comentar, demuestra que está pensando en ello", ha dicho Tanya Silverman, coordinadora de proyectos de ISD y co-autora del estudio. "Están siendo expuestos a una visión del mundo que está fuera de su caja de resonancia." La experta también apunta a que el diálogo podría traducirse en un cambio en el mundo real aunque es una cuestión complicada.
Las voces más críticas, por otra parte, como la de John Morgan, profesor de psicología de la Universidad estatal de Georgia y experto en radicalización online, afirman que lo que el estudio muestra no es una afirmación ridícula y que no demuestra el potencial de este tipo de programas”. En todo caso, fueron ocho personas las que, tras ver el vídeo de Facebook se pusieron en contacto con la organización solicitando ayuda al respecto.
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