Ben Armstrong es uno de los criptoinfluenciadores más vistos en YouTube. En enero de este año decidió poner fin a una práctica comercial que él (como muchos otros influencers muy reconocidos en redes sociales) había realizado durante años.
Su canal, BitBoy Crypto, tiene cerca de 1,5 millones de suscriptores. Durante años, Armstrong dijo que aceptó pagos de empresas de criptografía para promocionar sus nuevos productos entre su audiencia de suscriptores. Y dice que ahora lamenta porque mientras él iba ganando dinero, esta práctica llevó a algunas pérdidas "dolorosas" para sus propios espectadores.
100.000 euros mensuales en publicidad de un proyecto estafa
En el otoño de 2020, Armstrong anunció su asociación con una criptomoneda llamada DistX, llamándola su moneda más confiable y que DistX buscaba detener las estafas en el cripto. Al final, el proyecto en sí mismo terminó siendo una estafa.
El equipo del proyecto dejó a sus inversores tirados y desapareció tras conseguir mucho dinero. Ahora, la moneda ha caído un 99% y está valorada en menos de un céntimo. Armstrong ganaba más de 30.000 dólares por cada "respaldo" que daba a este proyecto. En total, podía llegar a ingresar unos 100.000 euros mensuales. Armstrong dice ahora que se siente responsable de las pérdidas sufridas por sus seguidores y que lo que ha ganado lo ha devuelto a los inversores estafados, según él.
A pesar de tener un canal para promocionar proyectos de inversión cripto, Armstrong dice que no es un profesional financiero capacitado y muchas de las empresas que ha promovido se han desplomado. Empresas de criptomonedas como Ethereum Yield, Cypherium y MYX Network perdieron valor y el borró los vídeos promocionales de su canal.
Este no es un caso aislado
Aunque Armstrong dice que dejó de aceptar promociones pagadas en enero, hay otros influencers que siguen promocionando estafas, según una investigación de CNBC.
Hace unos meses, un detective anónimo de blockchain publicó una lista en Twitter en la que nombraba a 44 personalidades de YouTube que promocionan proyectos cripto y sus precios por promociones pagadas. Algunos de estos reciben hasta 65.000 dólares por un solo vídeo promocional.
Según la investigación desvela, algunos influencers no informan de que están recibiendo una gran cantidad de dinero por promocionar proyectos. Parece ser que muchas de las empresas del sector no quieren que los influencers digan a sus espectadores que el contenido es patrocinado.
En España, aunque desde la llegada de las redes sociales ha habido mucha publicidad encubierta por falta de regulación, las cosas han comenzado a cambiar con nuevas leyes por parte del Ministerio de Consumo. Sobre todo cuando hablamos de la publicidad de apuestas online.
En España también ha pasado
En España tenemos también muchos ejemplos de estas promociones peligrosas o estafas con cripto. Como el caso del youtuber en Andorra detenido por la Policía por una supuesta estafa piramidal con cursos sobre criptomonedas; tenemos la reconocida IM Mastery Academy, que se ha denominado como la secta y estafa piramidal que capta a menores usando las criptomonedas como cebo.
Otro ejemplo es el de los influencers reconocidos por programas como reality shows que comentaban, en masa, cómo invirtieron 30 euros para acabar ganando más de 1.000, porque estaban compartiendo una publicidad estafa sin cuestionarse si era cierto o el peligro de esto.
Hay que recordar también que el jugador de fútbol Andrés Iniesta publicó en su perfil de Twitter que estaba aprendiendo cómo empezar a usar criptomonedas con la plataforma Binance. Y la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España o CNMV no le gustó mucho este gesto, que le respondió "Hola, @andresiniesta8, los criptoactivos, al ser productos no regulados, tienen algunos riesgos relevantes. Es recomendable leer el comunicado de @CNMV_MEDIOS del 9/2/2021 e informarse a fondo antes de invertir en ellos o de recomendar a otros que lo hagan".
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