Seguro que alguna vez has oído hablar de que el arte no entiende barreras, una realidad que se refiere a las posibilidades de esta disciplina, que no solo puede ser creada por personas de variadas condiciones sino que también es capaz de conjugar un amplio abanico de técnicas, elementos y tecnologías.
Y es precisamente esto lo que acaba de demostrar Pierre Buttin, un artista londinense que ha decidido experimentar con Tinder para dar lugar a una serie de composiciones tremendamente originales y que recuerdan a los postimpresionistas de antaño. Pero, ¿cómo lo ha hecho? ¿En qué consiste su idea?
La idea de Pierre Buttin
De esta manera, lo que ha hecho Buttin es mezclar hasta 100 capturas de hasta 1.000 usuarios diferentes de esta plataforma durante un periodo de 10 días. Unas imágenes que fusionó posteriormente con la ayuda del Photoshop y que no solo evidencian la variedad de rasgos humanos sino que podrían llegar a ejemplificar el compendio de datos y el concepto final que permanece en nuestro cerebro tras una búsqueda exhaustiva en la aplicación de ligoteo.
Un conglomerado que une toda clase de rostros y en el que, pese al amplio abanico de muestras, pueden identificarse elementos concretos como perros, palmeras y otros objetos del paisaje, calendarios, muebles, edificios, gafas y demás.
Unas creaciones a medio camino entre lo onírico y lo abstracto sembrados de distintos tonos; unos “cuadros” que transmiten melancolía y que resultan visualmente estéticos, al mismo tiempo que reflejan la confusión y desorientación que puede producirse en estas herramientas, donde se produce “un desbordamiento de las nuevas relaciones”, comenta Buttin.
Vía | The Verge
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