Sí, has leído bien, científicos de Microsoft han demostrado que, mediante el análisis de los motores de búsqueda (y en algunas ocasiones) es posible encontrar no solo a aquellos usuarios de la red que padecen cáncer de páncreas, sino también a los que están a punto de sufrirlo –antes de que se haya producido diagnóstico alguno-.
En concreto, los investigadores aseguran que son capaces de identificar entre el 5% y 15% de dichos casos con un margen de error de uno entre 100 mil (falsos positivos); un trabajo con el que pretenden ayudar a la detección temprana de esta clase de enfermedad y permitir que los implicados tomen medidas al respecto.
La investigación
Los estudiosos, de esta manera, se basaron principalmente, en las búsquedas realizadas a través de Bing, que permitían conocer quién acababa de ser diagnosticado de cáncer de páncreas. Una detección sobre la que decidieron indagar. Pero, ¿cómo? Remontándose meses y semanas atrás con el objetivo de verificar si, en consultas anteriores, estas personas habían investigado sobre algunos de los primeros síntomas de la enfermedad.
“Nos preguntamos que si escuchábamos los susurros de la gente online habría una evidencia fuerte o indicio de que algo estaba pasando”, han comentado. Unas búsquedas tempranas que, según sus conclusiones, pueden ser las primeras señales de que algo no marcha bien. En todo caso, los científicos se han negado a dar datos más concretos sobre el documento.
Asimismo, el análisis –que, por cierto ha sido publicado este mismo martes en la revista The Journal of Oncology Practice-, fue llevado a cabo por los doctores Eric Horvitz y Ryen Blanca –de Microsoft- y también contó con la colaboración de John Paparrizos, graduado de la Universidad de Columbia. Su trabajo, como comentábamos, pretende aplicarse al ámbito de la medicina (también sería útil con el tema de las adicciones) y a la detección temprana de enfermedades.
Un asunto clave en el cáncer de páncreas pues, aunque las tasas de supervivencia tras el diagnóstico son muy bajas y rondan los cinco años, conocerlo con tiempo es capaz de alargar la vida del paciente hasta otros 5 años más, eso sí, en casos muy concretos.
Al margen de lo mencionado, no podemos evitar comentar que, no obstante el escaso porcentaje de fallos, un falso positivo podría provocar a este supuesto enfermo potencial una serie de preocupaciones que, sin duda, mermarían su calidad de vida, y que incluyen la ansiedad, el estrés, el incremento del gasto médico, y otras relacionadas con el erróneo diagnóstico de la dolencia.
En todo caso, todavía habrá que esperar cuál será el destino de esta información, aunque ya se barajan algunas opciones como la creación de un sistema que permita a los navegantes recabar sus datos de búsqueda y ser alertados en caso de que consulten sobre los síntomas más alarmantes de la patología. En definitiva, las cuestiones sobre las que suelen preguntar en los grandes motores y la base de todo este entramado.
Imágenes | Darko Stojanovic
Vía | New York Times
En Genbeta | Twitter y otras redes sociales como alerta temprana de terremotos, enfermedades y demás catástrofes
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