Este inventor decidió crear un dispositivo para interrumpir la conexión bluetooth del altavoz de su vecino
Lo mejor de todo es que acabó entrenando un modelo para detectar cuándo sonaba reggaetón para así interferir en la señal
Cuando tu vecino hace un ruido excesivo, tienes varias formas de solucionar este problema. Por un lado, puedes hacerlo de manera amistosa, indicándole con toda la educación del mundo que se está colando y que está molestando al resto de personas que viven en el bloque. Si no atiende a razones y el ruido es tan excesivo que te impide hacer vida en casa, también es un tema que puedes trasladar a la policía para presentar una denuncia. Junto a ello también puedes insonorizar tu piso de diversas formas, algunas más costosas que otras.
No obstante, este inventor y programador ha recurrido a una solución algo menos ética pero efectiva: hackear el altavoz de su vecino. Y es que tras sufrir el reggaetón de su vecino a todo volumen desde las nueve de la mañana, decidió construir un dispositivo para manipular el funcionamiento de los altavoces bluetooth de su vecino con una Raspberry Pi.
Un aparato que permite cortarle el reggaetón a tu vecino
Este conocido emprendedor tecnológico de Buenos Aires, y autor de novelas como El Sueño Colbert o La Gran Monterrey, de nombre Roni Bandini, explicó cómo realizó todo el proceso a partir de un artículo en Medium. Tal y como menciona, se inspiró en el viejo TV-B-Gone, que se trataba de un pequeño dispositivo del tamaño de un mando de garaje con un botón para apagar televisores en bares y restaurantes. De hecho, su pequeño proyecto se denomina ‘Reggaetón-Be-Gone’.
El dispositivo de Bandini está entrenado para poder detectar cualquier canción de reggaetón y apagar o interferir la señal del altavoz para que la música deje de sonar tan alta. Su primer paso fue entrenar a una IA para que lograse reconocer este género. Para ello bastó con descargar varias canciones y desarrollar un algoritmo de clasificación. El modelo fue creado para Linux y procesadores ARM, por lo que pudo integrarlo en una sencilla Raspberry Pi.
Bandini conectó la placa a una pequeña pantalla OLED y lo encapsuló todo para darle un toque más vistoso, junto a un botón para poder hacer funcionar el aparato. Además de haber documentado sus pasos en su artículo de Medium, también subió el modelo a Github para que más personas pudieran probar su invento.
El modelo es capaz de detectar los patrones del reggaetón y actuar cuando se rebasa un límite de sonido establecido, según explica Bandini. Para ello, el invento determina el volumen de destino y lo reduce hasta alcanzar el límite de la tasa de decibelios que se haya establecido. El invento es capaz de interferir en la señal para reducir el sonido hasta que sea inapreciable para la persona que vive en un piso inferior o superior.
Superado el umbral del algoritmo, el modelo es capaz de hacer uso de los comandos rfcomm y l2ping hacia la dirección MAC del altavoz bluetooth para enviar solicitudes al dispositivo y atacar la señal bluetooth, reduciendo su eficacia o desconectándola por completo.
A pesar de que es una vía muy ingeniosa por parte de este programador, la realidad es que la eficacia del dispositivo no resultó tan exitosa como esperaba Bandini. Y es que los obstáculos del piso, como las paredes y la lejanía de la conexión, hacían mella en el proceso de interferencia. Además, si el altavoz se movía de lugar a otro punto más alejado, el sistema deja de funcionar, algo que es justo lo que ocurrió según explicaba Bandini en el texto.
¿Es un invento legal?
Si bien se trata de una solución realmente ingeniosa, debemos también señalar sus implicaciones éticas y legales, ya que este proceso consiste en atacar o interferir la señal de un dispositivo completamente ajeno.
La situación es especialmente específica y por tanto no se refleja en ningún marco legislativo, pero sí podemos concluir que se trata de un caso similar al de utilizar inhibidores de frecuencia, dispositivos que solamente pueden utilizar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Administraciones públicas autorizadas según la ley. También podemos trasladar esta situación a la de robarle la contraseña del WiFi al vecino, algo que sin tener consecuencias tan graves, también está estipulado como un acto ilegal en la legislación vigente según viene reflejado en el artículo 256 del Código Penal.
Imagen | Roni Bandini
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