Hace un par de días hablábamos de cómo un grupo de empleados de Google escribía, con el apoyo de Amnistía Internacional, una carta abierta a los directivos de Google. El objetivo era muy claro: que la compañía cese "Project Dragonfly", el buscador que sí podría funcionar en China porque censuraría búsquedas en el país, y cuya información y datos, como todo en aquel país, pudiera estar en manos del régimen chino. La petición no iba tanto contra el caso concreto en sí, sino a favor la protección de las personas oprimidas, que China (y Google operando allí) no estaría garantizando, sino todo lo contrario.
Ahora, otro grupo compuesto por medio millar trabajadores de la compañía, según informa TechCrunch, sí se ha pronunciado a favor del trabajo de Google para contar con un buscador en China, incluso aunque de por medio exista censura.
Pasar por el aro de la censura, con el objetivo de "hacer toda la información accesible"
Los empleados que se muestran favorables al desarrollo de Dragonfly también reconocen que en el país asiático existe censura, pero a la vez hablan de que la misión con el proyecto "está bien alineada con la de Google". Esta idea la argumentan con la afirmación de que al no estar presentes los servicios de Google en China, la situación contradice la misión de Google, "organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil".
Como señalan en TechCrunch, el argumento no va mucho más allá de que entrar en China es muy atractivo económicamente y positivo para expandir los servicios, pues como decíamos con la noticia de la oposición, es el único gran mercado donde Google no opera, y las posibilidades de crecimiento en usuarios e ingresos parecen infinitas.
En el texto también se menciona que hay que "ver si se encuentra la forma de hacerlo bien para Google y los usuarios chinos". En principio no parece que eso sea complicado, porque operando como cualquier otro buscador Google, la compañía no haría ningún daño extra, solo el que de base se presupone por la acción del Gobierno de China.
Al final, es una cuestión ideológica y de ética. Lo mismo por lo que Google decidió salir del país, cuya medida en 2010 los empleados contrarios a Dragonfly defendían el otro día. Se trata de no operar a toda costa, de que el negocio se lleve a cabo en países que garanticen ciertos mínimos. China no es el caso. Y no ayuda que según un reportaje de The Intercept, Google excluyera a los equipos de privacidad y seguridad de Dragonfly.
Crédito de imagen | Shawn Collins
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