"¡Hazme una pregunta!" es una de las típicas prácticas de los influencers en sus historias para mantener una interacción con su público. Durante el pasado fin de semana, diversas personas conocidas en redes sociales han tenido que responder en sus historias a, exactamente, la misma cuestión: “Cuánto ganas al mes con Instagram y tal?”.
Todas estas personas han respondido que con lo que ganan dinero, realmente, no es con las redes, sino que es con las subastas y, curiosamente, todas ellas han ganado la misma cantidad de dinero. Empezaron apostando 30 euros y en una sola tarde llegaron a tener 1.043 euros (o 1.040) en sus bolsillos, como compartió @Soyuncharizard, tras descubrir la "casualidad".
Como todos sabemos, las historias se borran a las 24 horas a no ser que el mismo usuario las ponga en sus “destacadas”, pero diferentes cuentas de Twitter han hecho público este “fenómeno” de influencers ganando algo más de 1.000 euros en solo una tarde por haber apostado online en subastas de fútbol y esto ha levantado polémica. Este tipo de prácticas puede tener consecuencias legales para los influencers, por diferentes causas.
Cabe decir que la campaña fue más sutil y no empezaba con los usuarios hablando de dinero. Antes aparecían otras cuestiones más ligeras como "de dónde eres" y el influencer en cuestión hablaba de su pueblo. Más adelante, cuando les consultaban más a fondo por las apuestas deportivas, los implicados en esta presunta estafa explicaron que eran parte de un canal gratuito de Telegram donde se comparte información de las apuestas. Dicen que según van ganando dinero, van apostando esas cantidades de nuevo, hasta el punto en el que casualmente todos los perfiles que han sido pillados, llegaron a los 1.000 y poco euros (algunos dicen 1.040, otros 1.043 euros).
Según las diversas capturas de pantalla e informaciones compartidas en Twitter, Jesús Sánchez y Diego James Lover, concursantes de la tercera edición de la Isla de las Tentaciones; Genissa González, (hermana de Sandra Pica, concursante de realities); Marina Yers, conocida por tener más de 4 millones de seguidores en TikTok y 1,5 millones en Instagram; y otras personas famosas por haber acumulado decenas o cientos de miles de seguridores en sus redes sociales como Alexandra Moreira, Lauraomr29 o Jùlia Uso; han participado de esta campaña publicitaria en sus historias.
Genissa González ha decidido rectificar ante las críticas de sus seguidores reconociendo que es "pésimo incitar a las personas a que hagan apuestas". Mientras, Alexandra Moreira respondió a quien le cuestionó cómo era posible que más gente hubiera ganado la misma cantidad de dinero en una tarde que "es normal" porque se metió en el grupo a jugar con otras y apostaron 30 euros cada una, tal y como se puede ver en la captura de pantalla compartida por el periodista Javi Guzmán.
Otra. Alexandra Moreira 👇🏼
— Javi Guzmán (@javierguro) February 6, 2021
Supuesta pregunta: "Pero si vi otra chica que subió la misma captura que tú del dinero"
Influencer: "Normal, pusimos 30 todas" pic.twitter.com/ijx9whBVgm
"Muchos jóvenes adictos al juego que vienen a terapia comenzaron a jugar por ver a famosos"
A. Díaz González, psicóloga general sanitaria y experta en ludopatía comenta que "casi todos los casos de personas adictas jóvenes que he tratado en los últimos años son personas que llegaron al mundo del póker, apuestas online o videojuegos por influencia de gente relativamente famosa".
De acuerdo con la psicóloga, la mayoría de sus pacientes han reconocido que comenzaron a jugar tras ver "publicidad de futbolistas que lo anuncian en la televisión, youtubers que juegan y lo graban y también que han seguido a gente reconocida a través de de otras plataformas como Twitch u otras redes sociales o también los cásters (comentariastas de videojuegos)".
"Aceptar estas campañas puede ser atractivo pero en caso de duda, consulta a un abogado"
Las implicaciones legales de algo así pueden ser varias. Explica Sergio Carrasco Mayans, consultor en Fase Consulting, que "la actual Ley de Servicios de la Sociedad de la Información regula las comunicaciones comerciales realizadas por vía electrónica, dentro de las cuales quedarían incluidas las actividades relacionadas por los influencers a través de sus redes sociales. Estas comunicaciones comerciales deben ser claramente identificables como tales para garantizar la defensa del potencial consumidor, pero por desgracia lo que vemos es una percepción de total impunidad por parte de una gran parte de estos influencers, que realizan actuaciones publicitarias sin ninguna identificación".
El incumplimiento de la obligación supone una infracción leve de acuerdo con el art. 38.4.c) lo cual puede implicar que se imponga una multa de hasta 30000 euros. "En otros países ya se han puesto serios con el control de la publicidad encubierta en redes sociales, pero aquí aún se están dando los primeros pasos", aclara el abogado.
Según las palabras de Sergio Carrasco Mayans, "aceptar una campaña de estas puede ser atractivo, en particular en aquellos perfiles que justo han comenzado a tener una cierta repercusión, pero es importante tener en cuenta los riesgos asociados". El experto en leyes advierte a las personas dispuestas a comercializar sus perfiles por redes sociales sobre los riesgos de los acuerdos que pacten.
"Por mucho que se presenten como agencias, encargadas de llevar a cabo todas las actuaciones necesarias, es importante contar con un asesoramiento de un tercero independiente experto en la materia, más cuando hablamos de conceptos jurídicos que pueden ser complejos". Por ello, dice, en caso de duda hay que consultar con un abogado, para que la actividad pueda continuar realizándose de manera pacífica.
Desde Segarra Abogados explican a los influencers (o aspirantes a entrar en este mercado) y a quienes quieren contar con sus servicios que "en el momento de contratar, es de vital importancia la normativa mercantil que regula no sólo el contrato en sí, sino todas las medidas y precauciones relativas a la publicidad que se va a hacer (Ley General de la Publicidad, ley de Competencia Desleal, la ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, la ley de Consumidores y Usuarios, la ley de la Propiedad Intelectual…)".
En segundo lugar, es importante para el influencer conocer la normativa fiscal, cómo tributa esta relación y la remuneración que por ella se percibe y, cuáles son las consecuencias con respecto a Hacienda por haber creado un contrato mercantil o uno laboral con la marca contratante.
Esto se traduce a que si no queda claro que se trata de publicidad, será necesario incluir "una indicación explícita, inmediata y adecuada al medio y mensaje sobre la naturaleza publicitaria de tales menciones o contenidos" mediante expresiones como "publicidad", "publi", "en colaboración con" o "patrocinado por", por ejemplo. Esto es obligatorio desde el 1 de enero de 2021.
Desde noviembre de 2020 España cuenta con una regulación específica para la publicidad de apuestas en línea
Además de las leyes relativas a la publicidad en Instagram, hay que recordar que en noviembre de 2020 el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto de comunicaciones comerciales de las actividades del juego que regula, por primera vez, la publicidad del sector de las apuestas en línea y juegos de azar en España.
Según información oficial, "en los últimos cuatro años, las cifras de inversión se han triplicado en nuestro país, acompañadas de un aumento del consumo del juego entre jóvenes de 18 a 25 años. En 2017, el 28% de los nuevos jugadores formaba parte de esta franja de edad. Dos años después, en 2019, la cifra llegó al 40%".
En lo que se refiere a la publicidad, patrocinio y promoción, la norma establece un paquete de medidas para restringir la exposición de los menores y otros colectivos vulnerables a la comunicación comercial del sector de las apuestas, así como a proporcionar una adecuada percepción del juego como actividad de riesgo potencial.
Sobre este asunto, recuerda Sergio Carrasco Mayans que "al tratarse de apuestas, es importante tener en cuenta las limitaciones específicas de esa naturaleza de publicidad". Anunciar apuestas está prohibido "salvo que se cumplan los requisitos del artículo 26". Si nos fijamos en este caso en particular resulta muy difícil "que realmente haya instrumentos para evitar que esas comunicaciones se dirijan a menores de edad, con lo que resulta un tema incluso más complejo".
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