Ya lo dijimos hace unos meses: parece que con lo de las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos tenemos culebrón para rato. Después de haber acusado formalmente a Rusia, de que Obama y la NSA asegurasen que existían pruebas de ello, y de haber retirado la acusación tras decir que no eran concluyentes, ahora la acusación vuelve a estar en campo ruso.
Según se ha publicado en The Independent, el Kremlin pagó a más de mil personas para que creasen noticias falsas sobre Hillary Clinton y las difundiesen en estados clave para las elecciones (concretamente Wisconsin, Michingan y Pennsylvania), de forma que los perdiese y la balanza se inclinase en favor de Donald Trump.
A esta información se habría llegado a través de una investigación conducida por los Servicios de Inteligencia del Senado de Estados Unidos. ¿Y quién ha revelado esta información? Pues según lo publicado, ha sido el senador demócrata Mark Warner, líder de las audiencias Trump-Rusia, que ha dado la noticia acompañado por el senador republicano Richard Burr en una conferencia de prensa.
Estas han sido las declaraciones de Warner:
Sabemos lo del hacking y las filtraciones selectivas, pero lo que me preocupa de verdad como un antiguo trabajador del mundo tecnológico es que al menos algunos informes -y tenemos que llegar al fondo de esto- apuntaban que había unos mil trolls de internet trabajando en unas instalaciones en Rusia, apoderándose de una serie de ordenadores con las llamadas botnets, que pueden generar noticias que se difunden en áreas específicas.
Tenemos que aclarar esto. Si pudieron afectar áreas específicas en Wisconsin, Michigan o Pennsylvania, allí no se habrían recibido noticias de fuentes habituales, sean las que sean, que hablasen de Trump contra Clinton durante las elecciones, sino más bien "Clinton está enferma", o "Clinton está aceptando dinero de quien sea para cualquier cosa"... noticias falsas.
Un adversario extranjero buscó una forma de piratear de forma efectiva el proceso democrático más crítico, la elección de un presidente, y en ese proceso, decidió favorecer a un candidato por encima de otro.
De ser cierto y de estar Trump relacionado con todo ello, no alcanzamos a imaginar las posibles consecuencias.
El Senado examinará las pruebas
El Senado será el encargado de examinar las pruebas recogidas por la investigación, y determiniar si finalmente la campaña de Donald Trump coordinó con agentes rusos la contratación del ejército de Trolls. Y dado que en más países europeos existe una cierta preocupación sobre que algo así pueda pasar, todo el mundo está alerta.
Actualmente hay un equipo formado por siete personas verificando las pruebas que vinculan a Trump con Rusia, y su yerno será pronto interrogado por el comité del Senado, aunque por ahora no se sabe si declarará bajo juramento en la Cámara.
El caso es que, según el medio, hay una base de influencia sobre la que esta noticia podría tener efecto: una encuesta conducida por la CBS habría revelado que la mitad de los estadounidenses creen que los rusos interfirieron en las últimas elecciones. Sólo un 10% cree que hubo interferencia, pero no para ayudar al magnate.
Por ahora, el portavoz de la Casa Blanca, Paul Ryan, dijo que los Estados Unidos tiene "la responsabilidad" de llegar al fondo de la supuesta interferencia rusa:
Se lo están haciendo a otros países ahora. Sabíamos todo esto antes de las elecciones, sabíamos que Russia estaba intentando medrar en nuestras elecciones, y ya sabemos que están intentando hacerlo con otros países.
El culebrón sigue adelante, y parece que sigue lejos de terminar. Veremos cómo evoluciona en los próximos meses.
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