Frente a la solidaridad ciudadana que estamos viendo, hay jefes y empresas que están en el lado contrario a la empatía: recogemos testimonios reales
El Ministerio de Trabajo ha puesto condiciones para prohibir a las empresas que obliguen a trabajar pero, en la práctica, hay jefes que no lo están cumpliendo
Ayer recogíamos la historia de un hombre desde Paiporta, uno de los lugares más afectados por enorme tragedia de la DANA, que explicaba en una entrevista para un periodista de TVE que a las 7 y media de la mañana lo llamó su jefe molesto porque no estaba en su puesto a las 7 que es su hora de entrada. Cuando lo entrevistaron estaba yendo a pie a su trabajo.
Un trayecto de 2 horas y media porque contaba cómo su coche quedó destrozado y apareció 10 calles alejado de donde se encontraba aparcado, no hay transporte público. El jefe le había dicho que se buscara la vida, que le dijera a alguno de sus vecinos que lo llevara a la empresa.
Pues bien, unas horas más tarde el hombre publicó un vídeo donde mostraba cómo su jefe lo despedía. Llegó a su taller a las 11.40 de la mañana. Comenta que tardó casi 4 horas para llegar porque hay que pensar que no es solo la caminata sino que, como me comenta una conocida desde Valencia, la gente está caminando sobre el lodo, que resbala, por lo que hay que ir despacio y con cuidado, y en algunas de las carreteras donde las personas ya van andando, se ha habilitado el tráfico y los peatones caminan al lado de los coches.
El jefe le recrimina: "Tenías que haber estado aquí a las 7 de la mañana, si no haberme llamado". Por ello, ha decidido despedirlo. Ayer mismo este hombre explicaba en la entrevista que vive con su mujer y su hijo menor y que su pareja trabajaba en una inmobiliaria que ha quedado destrozada por el temporal y que probablemente ese negocio no vaya a volver, por lo que él temía perder su empleo siendo el único sustento de la familia tras la DANA.
Trabajando en "condiciones insalubres"
Frente a la solidaridad ciudadana que estamos viendo, hay jefes y empresas que están en el lado contrario al apoyo y la empatía. El caso de este hombre no es único. Esta mañana hablé con una amiga cercana de Valencia para ver qué tal sigue ella, su familia y la situación que le rodea. Su pueblo de origen, al igual que la ciudad de Valencia, se libraron del drama de la DANA pero entre ambos municipios se encuentra todo el caos absoluto del que tanto se habla estos días.
Una de las cosas que más me impactó es que a su pareja la han obligado a ir a trabajar, estando como está su oficina en uno de los epicentros de las inundaciones. Me impactó por cómo la empresa ha gestionado ese retorno a la oficina. Me comentó que el marido llega oliendo fatal del trabajo por las condiciones insalubres en las que se encuentran las oficinas donde tienen que pasar horas sin tener ni siquiera agua en el baño.
Me piden que no dé información sobre la empresa, ni siquiera el sector pero sí puedo contar que el domingo los trabajadores recibieron un mensaje para decirles que las personas que no pueden teletrabajar, debido a sus tareas, tenían que presentarse el lunes en las oficinas, y con dos mudas de ropa para cambiarse por la suciedad. A algunos les iba tocar limpiar las instalaciones y a otros llevar a cabo sus tareas.
En el caso de esta persona, su despacho está en la segunda planta que sufrió menos daños que el bajo del local, por lo que debe seguir haciendo la contabilidad en el ordenador y no le permiten teletrabajar en su caso porque gestiona documentos confidenciales que necesitan de la privacidad del PC que está en la oficina. Y añade que:
"Al final de la jornada de ayer, el jefe de departamento desde la comodidad de su casa les preguntó que qué tal el día".
Comenta que muchos de sus compañeros ha perdido sus casas, sus coches... pero aún así están obligados por la empresa a ir a trabajar y lo hacen por miedo también a perder sus empleos. En el caso de este hombre, tiene familia a la que cuidar ya que los centros educativos están cerrados, y ese es uno de los casos en los que el Ministerio afirma que no es obligatorio ir a trabajar. Pero, en la práctica, nadie quiere perder su trabajo o tener problemas futuros con sus superiores.
Qué dice el Ministerio de Trabajo
Desde Genbeta hemos contactado al departamento de prensa del Ministerio de Trabajo para conocer qué consecuencias pueden sufrir las empresas que despiden a sus empleados en estas circunstancias o si hay sanciones para las que están obligando a ir a las oficinas. Si nos responden, actualizaremos esta información.
Lo que sabemos hasta ahora por parte del propio Ministerio es que en caso de que la empresa imponga cualquier tipo de consecuencia negativa por no acudir al trabajo, esta será considerada nula, según las informaciones que llegan desde el Ministerio.
Trabajo advierte además de que "se prohibirá" el despido de los trabajadores que no hayan acudido a trabajar por alguna de las situaciones indicadas: si tu seguridad está en peligro; si desplazarte pone en riego tu seguridad o interfiere en las labores de rescate; si tienes que atender a familiares desaparecidos o hacerte cargo del fallecimiento de alguien de tu familia; si has perdido tu vivienda o enseres y no estás en disposición de acudir a tu trabajo; o si tienes que hacerte cargo de familiares como consecuencia del cierre de colegios, residencias o servicios públicos en general.
"El teletrabajo es prioritario, pero no siempre es posible", concluye, teniendo en cuenta que quienes puedan teletrabajar, las empresas deberán priorizar ese sistema y quienes no, no pueden obligar a sus empleados a llegar al lugar de trabajo.
Imagen | Wikimedia
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