En Genbeta ya hemos hablado de cómo el sector tecnológico, específicamente el de la programación y el desarrollo, va evolucionando y siendo más inclusivo en términos de género. De un sector sin referentes a un futuro en el que las propias protagonistas se muestran positivas, aunque ellas saben que aún nos queda una gran lucha por delante.
Precisamente, aprovechando un día como el 8M, no podemos olvidar cómo incluso durante la historia, hemos estado vetadas de estos espacios. En 1958, la Universidad de Dartmouth decidió saltarse su norma de 'sólo hombres' (que estuvo vigente durante 188 años) para permitir el ingreso de Mary Kenneth Keller, una monja (tenemos más ejemplos de mujeres que decidieron meterse a monjas para no casarse y seguir estudiando, como Sor Juana Inés de la Cruz) como investigadora para su Centro de Computación, donde empezó a colaborar con John George Kemeny y Thomas Eugene Kurtz.
Aprovechando la tesitura, vamos a ver los resultados de un informe de Codemotion donde se pregunta a personas por sus condiciones laborales, los retos que enfrentan en su lugar de trabajo o qué esperan de estos espacios y que divide las respuestas entre hombres y mujeres para que podamos ver las diferencias. De entre las personas encuestadas, todas del sector tech, tenemos un tercio de desarrolladores y desarrolladoras. En total, han sido más de 600 personas encuestadas.
Toma de decisiones
Una de las respuestas más interesantes y que más merece la pena tener en cuenta es que para los hombres, lo más valioso en un espacio de trabajo es el foco en el resultado, mientras que las mujeres, más que los hombres, consideran importante el respeto y la atención prestada al bienestar de las personas.
Y es que, las mujeres encuestadas siguen percibiendo discriminación a la hora de asumir puestos de responsabilidad. Concretamente, el 44,3 % de ellas afirman querer aportar en las tomas de decisiones estratégicas de la empresa, mientras que los hombres del sector afirman estar más contentos por haber ido asumiendo cada vez más tareas gerenciales (un 23,6 % frente al 19,0 % en el caso de ellas).
Sobre salarios
Otra respuesta destacable es que hay más mujeres que hombres que dicen estar dispuestas a cambiarse de empresa en busca de un mejor salario anual bruto (el 26,7 % de las mujeres ha declarado esto frente al 18,3 % de los hombres).
No es una respuesta casual si tenemos en cuenta que, mientras las remuneraciones solicitadas por los hombres y las mujeres para llevar a cabo sus tareas son bastante similares, luego reciben ofertas diferentes, a causa de su sexo.
Un 48,5 % de los hombres dice recibir ofertas de más de 40.000 euros anuales frente al 41,1 % de las mujeres. Esto, dice el estudio, “a pesar de tener, en términos de antigüedad laboral, una muestra equilibrada entre hombres y mujeres”. Es decir, hablando de perfiles profesionales similares.
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