Los derechos de autor existen con el objetivo de que los creadores de contenidos puedan impedir el uso sin permiso de sus obras.
Por eso, la publicación de música comercial en plataformas sociales suele causar, en estos tiempos de filtros dotados de capacidades automatizadas de reconocimiento, bastantes dolores de cabeza a los usuarios.
Pero, ¿y si existiera algún modo de intentar usar fraudulentamente estos mecanismos de protección de derechos, y no sólo estuvierámos hablando de discográficas poco flexibles a la hora de evaluar los posibles usos legítimos de su material?
Esta es la pregunta que ha planteado a Internet el activista californiano Sennett Devermont, quien, durante una retransmisión en directo realizada desde el Departamento de Policía de Beverly Hills, tuvo que hacer frente a una extraña reacción de un sargento del cuerpo.
¿'Agentes DJ' en Beverly Hills?
Devermont se había acercado a las instalaciones para presentar un formulario destinado a solicitar las imágenes de la cámara corporal de un policía. Después de un breve diálogo con el citado sargento mientras grababa, una vez le informa de que su diálogo se está retransmitiendo, éste deja de responder a sus preguntas...
... y empieza a reproducir en su smartphone una canción: 'Santeria', de Ska Sublime. Devermont afirma en la descripción de su vídeo en Instagram que cree que el oficial
"está usando música con derechos de autor para evitar que yo pueda difundir estos vídeos en las redes sociales".
Devermont también afirma que ésta no es la primera vez que algo así ocurre:
"Tengo otro vídeo en el que se ve cómo otro agente pone música mientras yo hablo. ¿Es una orden de los mandos?".
Un portavoz del Departamento de Policía de Beverly Hills ha procurado desmentir esto último, asegurando que esta práctica (reproducir música protegida mientras se responde a las preguntas de un ciudadano) no forma parte del procedimiento recomendado y que será "investigado".
Devermont optó en ese momento por desconectar su retransmisión en vivo, pero luego decidió por publicar su vídeo completo, incluyendo el fragmento con música de fondo, y éste sigue online. Por lo que el gesto de 'difusión musical' del oficial de policía no tuvo el efecto previsto.
Algoritmos imprevisibles
Ciertamente, los algoritmos de las grandes redes sociales que permiten la difusión de contenido multimedia (Facebook, Instagram, Twitch, YouTube, etc) suelen dar dolores de cabeza a los usuarios que suben material cuando se detecta que un pequeño porcentaje del mismo está protegido por derechos de autor.
Pero también hay que leer con detenimiento las políticas de contenido de cada red: hace ahora casi un año, Instagram aclaró que la inclusión de música comercial en sus vídeos quedaba prohibida... siempre y cuando ésta fuera la protagonista principal de la pieza. Si no fuera el caso, entraban en consideración otros factores, como la duración del clip incluido, etc.
Bien es cierto que los algoritmos automatizados son imprevisibles, y que frente al caso que nos ocupa también podemos encontrarnos otros como los de algunos artistas que se han visto penalizados por tocar en directo sus propias piezas.
En cualquier caso, no está de más que las plataformas sociales planteen el debate de cómo el copyright, al igual que las patentes, es un recurso legal que puede ser usado para 'trolear'. Y que busquen soluciones al respecto.
Vía | TorrentFreak
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