El diario británico The Guardian se hace hoy eco de las acusaciones vertidas por la defensa de Julian Assange, según las cuales el actual presidente de los Estados Unidos habría prometido al creador de WikiLeaks el perdón presidencial a cambio de que afirmase que Rusia no estuvo involucrada en la polémica filtración de correos electrónicos de dirigentes del Partido Demócrata.
Según los abogados del australiano, la presunta oferta se la habría hecho llegar en agosto de 2017 el congresista republicano Dana Rohrabacher, que habría visitado a Assange cuando aún se alojaba en la embajada ecuatoriana en Londres, en calidad de asilado político.
Dos años más tarde, en abril de 2019, Assange fue detenido por la policía británica y un mes después EE.UU. solicitó su extradición por 18 presuntos delitos relacionados con el espionaje y que le supondrían 175 años de cárcel de ser declarado culpable.
La 'revelación' de la defensa de Assange llega pocos días antes de que se inicien en Londres las audiencias para decidir, precisamente, sobre la solicitud de extradición realizada por el gobierno estadounidense**.
¿Qué dice la hemeroteca?
La acusación es ciertamente impactante; sin embargo, si tiramos de hemeroteca, podremos comprobar que la reunión entre Assange y Rohrabacher en la embajada de Ecuador era de conocimiento público ya en 2017, pero que entonces se planteó como una iniciativa personal del ya ex-congresista estadounidense (siempre polémico por sus posicionamientos prorrusos), con la que precisamente pretendía convencer a Trump de que indultase a Assange.
En ese momento, Rohrabacher declaró que había sido el propio Assange quién afirmó durante su encuentro que Rusia no tenía nada que ver con la filtración de los correos. Ya entonces la Casa Blanca reconoció que Rohrabacher les habría hecho llegar un informe sobre supuestas pruebas físicas que respaldarían esa afirmación, pero también añadía que se había remitido dicho informe a la "comunidad de inteligencia" sin pasar por el escritorio de Trump.
Tras las afirmaciones realizadas hoy por los abogados de Assange, la secretaria de prensa de la Casa Blanca ha asegurado, en declaraciones a The Verge, que
"El presidente apenas conoce a Dana Rohrabacher más allá de su condición de ex-congresista [...] nunca ha hablado con él sobre este tema o casi sobre cualquier otro. Es una absoluta mentira".
Teniendo en cuenta todo esto, la polémica giraría exclusivamente en torno a en qué medida Trump respaldaba o conocía la iniciativa de Rohrabacher de visitar a Trump para alcanzar un acuerdo que liberase a Assange de las acusaciones de espionaje.
Trump, a salvo ya de la polémica política sobre el papel de Rusia tras la fallida investigación del FBI, sí puede ser acusado de haber mantenido públicamente posicionamientos contradictorios con respecto a WikiLeaks: desde la condena a las filtraciones en 2010 (en el momento de máxima popularidad de Assange) hasta las proclamas de ser aficionado a la lectura de WikiLeaks durante la campaña electoral de 2016: "Esto de WikiLeaks es un tesoro". Lo último que supimos al respecto, el año pasado, fue una respuesta evasiva a la prensa: "No sé nada sobre WikiLeaks, no es lo mío".
Vía | The Guardian
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