Un deepfake logra que Nixon pronuncie un discurso que nunca tuvo lugar: el de la muerte en la Luna de Armstrong y Aldrin

La programación habitual de TV se interrumpe. Estamos en 1969, y los estadounidenses ven en sus pantallas al presidente Richard Nixon, que empieza a leer un discurso con gesto grave:

"El destino ha querido que los hombres que fueron a la Luna para explorarla se queden en ella para descansar en paz. Estos hombres valientes, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza de que sean rescatados...".

Los asesores de Nixon escribieron este discurso, bajo el título de "En caso de desastre lunar". Pero, como todos sabemos, Armstrong y Aldrin pudieron retornar a la Tierra y finalizar con éxito la misión Apolo XI. De modo que Nixon jamás se vio en la tesitura de tener que grabar ese discurso.

Así que, ¿cómo es que tenemos el vídeo de ese momento?

Deepfakes: un arma de desinformación masiva

Como ya habrás intuido, para su realización se recurrió al uso de tecnología deepfake, una de las aplicaciones de moda de la inteligencia artificial, que permite coordinar en un vídeo el rostro de una persona con las expresiones y movimientos de otra.

Pero poner el rostro de alguien en otro cuerpo, aunque podamos cambiar el movimiento de los labios, es una cosa muy distinta de oírle decir algo que nunca dijo. Ahí es donde entran los deepfakes de audio, que pueden elaborar desde cero, únicamente a partir de un texto escrito, una réplica realista de la voz de alguien. O, como en este caso, mejorar digitalmente la voz de un imitador de Nixon.

Esta tecnología se popularizó al calor del porno 'fake' con celebridades, y está conquistando Youtube gracias a vídeos de factura casi profesional que consiguen introducir a actores (y hasta políticos españoles) en películas ajenas. Sin embargo, este vídeo en concreto fue creador para advertir contra otra clase de usos. Francesca Panetta, directora del documental, explica que

"los deepfakes se pueden usar para muchas de las cosas que ya sabemos, pero también para crear noticias alternativas, o incluso para contar con el potencial de reescribir la historia".

En un mundo en el que mucha gente sólo conoce de la actualidad aquello que le llega por las redes sociales, y en el que el debate público está amenazado por las 'fake news', el miedo de muchos expertos es que los deepfakes sirvan para manipular elecciones y para arrebatar a los vídeos de su valor a la hora de probar hechos.

En resumen, estamos ante la posibilidad de que la IA sea usada como arma de desinformación masiva. Por eso, las compañías más susceptibles de servir como canales involuntarios de difusión la misma, como Google y Facebook, están invirtiendo millones en la detección automática de los mismos.

Vía | Futurism

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