Hay diferentes noticias de los últimos meses que apuntan a que el auge de los criptoactivos podríá haber llegado a su tope. El Banco Central Europeo ha decretado el fin de los tipos de interés a cero (que ayudaban a mantener la deuda pública controlada) para hacer frente a la inflación. Y esto ha afectado aún más a las criptomonedas.
Las criptomonedas, que se presentaron como una alternativa dentro de la economía tradicional, sí se ve afectada por el devenir de la economía global y las decisiones políticas. En noviembre de 2021 el bitcoin llegó a los 68.000 dólares, su mayor valor de la historia y comenzó su caída libre. Hoy está en 38.936 dólares. Puedes preguntarte, ¿por qué en noviembre esta caída arrancó si no había guerra?
Pues hubo dos acontecimientos clave: China intensificó su represión a la minería de criptomonedas, calificándola de práctica "extremadamente dañina" que amenaza con poner en peligro los esfuerzos del país por reducir las emisiones de carbono; y las amenazas entre OTAN y Rusia comenzaron a ser preocupantes.
Bitcoin perdió en dos meses el 75% de lo que ganó en 2021 con un desplome de más de 30.000 dólares hasta el mes de enero. En febrero ya publicamos que el precio del bitcoin ya había caído por debajo de los 40.000 dólares a comienzo de mes y siguió cayendo según han ido creciendo las tensiones geopolíticas entre Rusia y la OTAN.
No solo la situación en Europa ha afectado al Bitcoin y a otras monedas. Hace unos días, antes la espera de que la Reserva Federal de Estados Unidos se mueva agresivamente para endurecer la política monetaria existente, llevó a una caída de los valores.
Caídas graves de otras criptomonedas más allá del bitcoin
No solo la más reconocida criptomoneda está en esta situación de caída libre. Diferentes decisiones geopolíticas a comienzos de 2022 afectaron, y mucho, a monedas como ethereum. Solana ha llegado a caer más de un 40%.
Hay que recordar que en septiembre la criptomoneda Solana disparó su valor en casi un 220% en un solo mes hasta superar a un rival fuerte y muy conocido: el Dogecoin. Solana había visto la luz hace 18 meses antes hasta llegar a ser, en el mencionado mes de septiembre, séptima criptomoneda más valiosa del mercado. Una de las claves de este impulso es su entrada de la red en los tokens no fungibles (o NFT por sus siglas en inglés). De hecho, la mayoría de los NFT también han perdido su valor.
Hay que tener en cuenta que el valor de las criptomonedas puede incluso cambiar drásticamente si un señor como Elon Musk comenta algo en su cuenta de Twitter (la red social que ahora ha comprado).
Crisis de las empresas de minado
Las compañías que acumulan sus ganancias gracias al minado de bitcoin también están en crisis, obviamente. No solo por el devenir del mercado, pero también por la presión por parte de gobiernos de diversos países.
El minado dejó de convencer cuando los gobiernos se dieron cuenta de que los mineros gastaban muchísima energía, y varios fueron los que prohibieron dicha actividad, como China, que acogía a muchísimos mineros de cripto. La lista de países que ha prohibido el minado va en constante aumento.
Una de las empresas de minado más famosas (porque entre sus inversores tiene a gente famosa), Terawulf ha sido noticia estos días por la constante caída de ese valor. La semana pasada sus acciones cayeron en más de un 30% en un solo día.
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